Microcuentos del 1er concurso de relatos del Hospital VITHAS Aguas Vivas

Pacientes y profesionales de Hospitales vithas Aguas Vivas

Desde el Instituto de Rehabilitación Neurológica – IRENEA Aguas Vivas, las pasadas Navidades se organizó un concurso de microcuentos. El concurso estaba abierto a profesionales, pacientes, familiares y cuidadores. Aquí podéis leer el relato ganador y otros enviados por los participantes. Esperamos que os gusten.

MICROCUENTO GANADOR

El “pavo” en Navidad de Juan José Jiménez

No llevaba la caja abierta ni cinco minutos y ya llevábamos tres figuras rotas, dos pastores mancos, uno por la muñeca y el otro por encima del codo, y un pato que había perdido el pico. Estos se sumaban al ángel sin media ala, al buey descornado y al San José sin bastón que el año anterior había sufrido igual “suerte”. Papá preparaba el paisaje con un papel arrugado, arena que cogió de buena mañana del solar de enfrente y un trozo de papel albal cuidadosamente doblado que haría las veces de rio. Mamá colocaba las figuritas que Julia le entregaba con esas manos todavía torpes y culpables de aquellas mutilaciones. Yo, sentado de mala gana en el sofá con los auriculares puestos, ignoraba la escena -¡eso de la decoración navideña es para niños!- contestaba a mis padres cada vez que me proponían colaborar. Mientras, con las manos en el bolsillo de la sudadera, giraba la estrella para asegurarme que aún estaba ahí y la protegía de las manos de mi hermana para ser yo quien la colocara, a escondidas, ¡claro!

MICROCUENTOS PARTICIPANTES

Un árbol para la señora Na Vidad de Ana María Canet

Na es la mujer de Luiso Vidad, vive en un bosque apartado, su casa de maderos y tablones está llena de muebles sin uso y muchos adornos. La señora Na Vidad siempre está a la espera de las primeras nieves para adornar el gran árbol de su entrada. Lo decora, durante días, con cuidado y esmero, subida a una escalera va colocando cientos de esferas de muchos tamaños y colores, luces brillantes, piñas navideñas, mariposas y libélulas de medias, cientos de cintas, adornos de madera, una gran estrella y cajas de regalos. Pájaros y ardillas del bosque celebran entre sus ramas, cada año.

Pero un año, Na, miraba con anhelo la nieve caer, sentada en su silla de ruedas ni podía salir al jardín. Sorel, la ardilla, la miraba también, y con los días entendió que no iba a haber árbol, los animalitos le dijeron que había otros árboles adornados pero Sorel decidió decorar el árbol aquella noche. Las guirnaldas las colocaron los pájaros mientras las ardillas ubicaban las bolitas, banderas, piñas, manzanas… Todo era de los otros árboles. En las primeras gotas de nieve, tras desayunar, Na fue acercada a la ventana y sus ojos felices, remiraban, su árbol…

Una Navidad diferente de Belén Moliner

“Este año será diferente”, pensaba Mario. Desde que tuvo el ictus, Catalina y él paseaban cada mañana, igual que antes. En el parque tomaban el sol del mediodía, que calentaba con fuerza y reconfortaba cada mañana.

“Este año cenaremos prontito y a dormir”, Mario bajaba la vista con tristeza mirando a su esposa.

Cuando llegaron al parque, el banco donde solían sentarse estaba ocupado por unos niños que correteaban. “Ah claro, las vacaciones de Navidad para los niños ya han empezado”, pensó Mario, y se sonrió. Mirar a los niños le encantaba, y siempre lograba atraer toda la atención de Catalina. “Mira, Cata, mira”, le dijo besándola.

Esta sorpresa iluminó su cara, y se llevó la nostalgia que sentía. Empezó a sonar un villancico, y la música envolvió cada uno de los sonidos del parque. Todas las personas poco a poco fueron quedando admirados por el espectáculo: los niños cantaban a la Navidad, alrededor de Catalina y de Mario, y el parque entero sonreía. La sonrisa sincera se había apoderado de cada corazón, de cada alma.

“Este año será muy especial”, sintió entonces Mario, y, con afecto, besó la mejilla de su esposa. “Feliz Navidad, amor mío”…

El caballo dorado de Belén Moliner

En los Pirineos existe una leyenda que habla de un hermoso caballo dorado que se aparece a los pájaros y animales de las montañas al caer el sol, y que cerca del veinticinco de diciembre, ha sido visto por algún visitante, durante su paseo por las nevadas montañas.

Cuenta la leyenda que el caballo vaga por las montañas, trotando y comiendo nieve en los meses fríos. Cada noche corre y corre, hacia la Luna, y por el camino de pronto se le deja de ver..

Cuenta la leyenda que cuando las montañas se empezaron a llenar de nieve hace miles y miles de años, cuando todavía el tiempo no existía, el caballo dorado empezó a trotar y a intentar comerse la nieve, y que cada noche seguía su ruta romántica a la Luna. Nadie ha visto al caballo dorado cuando sale el sol.

El Espíritu de la Montaña cuenta que el animal se enamoró de la Luna cuando la descubrió y cada día corre hacia ella cuando la ve.. El espíritu de la Montaña susurra también que una noche el caballo por fin alcanzará a su Luna, a su amor, y dejará la montaña y la nieve para siempre.

El gordo de Rafael Buades

Erase una familia en la que el papá hace cuatro años le escribió una carta a los reyes magos pidiendo que le tocara la loteria. Y ese año le tocó el «gordo» pero no como al expresidente de castellón , que ale !!! venga millón !!!, lo que le tocó fue un ictus que lo dejó bastante perjudicado , desde entonces todas las navidades las pasa en el hospital , el año pasado que parecía que todo iba mejor … otra vez les tocó el «gordo «, el cabeza de familia se cayó y se rompió la cadera , le operaron el 23 de diciembre , otra vez en el hospital en navidad.

Este año la familia va a conseguir estar junta en Navidad , pero por supuesto con su «gordo» particular , ahora le ha tocado a la mamá que le han diagnosticado una enfermedad grave y la tienen que operar en la Fé de Valencia , eso si , después de Navidad . Pido a los reyes magos que no nos toquen más «gordos» , que queremos vivir tranquilos y en paz.

Doy gracias a toda mi familia por ayudarnos y apoyarnos en todo .

Esto no es un cuento, es muy real, es el deseo de un paciente del centro que VITHAS tiene en ELCHE”

28º Celsius de Jose Olaya

Juan no se encuentra cómodo con los 28º Celsius que están mermando su concentración en la lectura de su nuevo libro. Esto no parece molestar a su hija pequeña, Celia, de cuatro años, que no para de corretear de un lado hacia otro descalza y ligera de ropa cual indígena del Amazonas. El pelo húmedo por el sudor y los mofletes enrojecidos en el blanco rostro de su hermano mayor, Alberto, denotan el esfuerzo que realiza para llevar el ritmo de su hermana. Mientras, la madre de ambos, Ana, aunque atrapada y ensimismada en su lectura, no los pierde de vista, hace una pausa para seguir añadiendo leña al fuego de la chimenea que tanto calor transmite en estas fechas de reunión familiar.

Esta noche de Carmen García

Venga, volvamos ya, rápido, que es tarde. Mis piernas dos témpanos de hielo y sobre mi tanta ropa que apenas me puedo mover. Vamos, no perdáis nada. Cierro fuerte mis manos sin dedos. Siento la humedad de las risas y la respiración caliente en la bufanda roja, oigo las palabras que no pronunciáis en el brillo de vuestros ojos. A lo lejos suenan otras melodías y risas parecidas a las nuestras. Tanto frío en la calle y tanta luz en las ventanas. El pueblo huele a nieve, a asado y a miel. Rápido, rápido. Podemos volar y entramos a la casa llena de gente atareada que no deja de besarnos. Esperad, todavía no, tened paciencia, no os quitéis los guantes. Y de repente todo el calor del mundo en mis manos y la luz de saber que he llegado, que este es mi sitio. Solo el sonido de los platos y la voz de la abuela vuelven a empujarme , venga, que estamos todos, no asamos más castañas que las manos ya están calientes y es hora de cenar, habéis cantado mucho?, recoged los abrigos y las panderetas, bueno, no, las panderetas no las guardéis que aún me queda aguinaldo.

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