Traumatismo Craneoencefálico
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¿Qué podemos hacer por ti?
En IRENEA somos un referente nacional e internacional en el tratamiento y rehabilitación del traumatismo craneoencefálico leve, moderado y grave. Llevamos años realizando estudios acerca de la eficacia de la rehabilitación, y del tratamiento con inteligencia artificial, centrados en la mejora funcional de este tipo de lesión, con el fin de aportar un mejor tratamiento.
Cuando una persona que ha sufrido este tipo de lesión, llega a cualquiera de nuestros centros de neurorrehabilitación, nuestros profesionales especializados en rehabilitación neurológica, realizarán una evaluación de la situación funcional de la persona que ha sufrido un traumatismo craneoencefálico para, inmediatamente después, comenzar un tratamiento temprano, individualizado, intensivo e interdisciplinar, con un profesional especialista en neuropsicología y psicología clínica, fisioterapia, terapia ocupacional, ortoprotesis, logopedia, trabajo social y nutrición, todos ellos estrechamente supervisados por un equipo médico especializado en neurorrehabilitación.
Además, debes saber que en IRENEA apostamos por la innovación y la incorporación de las nuevas tecnologías como complemento a los tratamientos convencionales de probada validez clínica, y contamos, para ello, con una línea de investigación abierta basada en el desarrollo y aplicación de tratamientos innovadores y de las nuevas tecnologías al campo de la neurorrehabilitación.
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¿Cómo tratamos el traumatismo craneoencefálico en IRENEA?
En IRENEA contamos con un equipo de profesionales de distintas especialidades clínicas que trabajan de forma coordinada y conjunta, con el objetivo de que el paciente logre la mayor autonomía e independencia funcional posible tras la lesión cerebral por traumatismo craneoencefálico.
Desde el primer momento el paciente realizará en nuestro Instituto de Rehabilitación Neurológica, tanto en la modalidad de ingreso como ambulatoria, un tratamiento temprano, individualizado, intensivo e interdisciplinar, con profesionales altamente especializados en neurorrehabilitación.
Ingreso hospitalario
Sufrir un traumatismo craneoencefálico supone una situación crítica para la vida de quien lo padece. La atención urgente y la posterior estabilización clínica van a ser vitales para el paciente.
Durante un tiempo que variará en función de la gravedad de la lesión y las complicaciones secundarias, la persona afectada por este tipo de lesión cerebral requerirá permanecer ingresada en un centro hospitalario de agudos para lograr la estabilidad clínica. Posteriormente, en las fases subagudas y crónicas puede necesitar de centros
hospitalarios de otro perfil para pacientes estabilizados hemodinámicamente pero con
necesidades hospitalarias de tratamiento neurorrehabilitador de alta complejidad.
Los perfiles que más se benefician de esta modalidad de tratamiento suelen ser:
- Pacientes relativamente agudos que han alcanzado la estabilidad clínica pero todavía precisan de cuidados médicos
- Pacientes grandes dependientes que necesitan adaptación del entorno y preparación de los familiares para poder atenderlos
- Y los afectados que, por su situación cognitiva, física o conductual resultan difíciles de manejar en casa
Modalidad Ambulatoria
La fase ambulatoria supone una continuación y es una fase fundamental del proceso neurorrehabilitador. Esto es así ya que el domicilio del paciente es la residencia natural y definitiva del mismo.
En IRENEA esta fase se va planificando y preparando con antelación al alta del ingreso hospitalario, si el paciente se encuentra hospitalizado en nuestras instalaciones.
Si el paciente ha estado ingresado en otro hospital y precisa rehabilitación ambulatoria en nuestros centros, lo primero que desarrollamos es una valoración médica y creamos de manera multidisciplinar el plan de tratamiento que va a necesitar para alcanzar la máxima autonomía posible de manera que su integración social y su funcionalidad sea óptima.
Planes intensivos
Planes intensivos para adultos
En IRENEA disponemos de una serie de Planes Intensivos y Programas Específicos para población adulta con los que ajustamos el plan de rehabilitación a cada caso clínico, teniendo en cuenta qué se va a aportar con este tratamiento, cómo y durante cuánto tiempo, a través de planes intensivos y específicos que duran de 2 a 8 semanas.
Los planes intensivos para adultos que tenemos específicos para personas que han sufrido un traumatismo craneoencefálico son:
Programas Específicos para niños, niñas y adolescentes
En cada momento del desarrollo del niño hay aspectos que son más sensibles a mejorar que otros y, por lo tanto, sabemos que son más prioritarios a ser tratados. Por ello, en IRENEA disponemos de programas específicos de tratamiento centrados en el tratamiento individualizado del menor unificando todos los recursos, equipo profesional y herramientas de trabajo, para alcanzar un mismo objetivo y lograrlo en el menor tiempo posible.
Los programas específicos que tenemos en IRENEA para niños, niñas y adolescentes que han sufrido un traumatismo craneoencefálico son:
Causas y consecuencias
Traumatismo craneoenefálico
El daño cerebral producido por un traumatismo craneoencefálico se define como la afectación del cerebro causada por una fuerza externa que puede producir una disminución o disfunción del nivel de conciencia y conlleva una alteración de las habilidades cognitivas, físicas y/o emocionales del individuo.
Los accidentes de tráfico representan la causa más importante de los traumatismos craneoencefálicos, suponiendo alrededor del 73%, seguido por las caídas (20%) y las lesiones deportivas (5%). Otras posibles causas son los accidentes laborales o domésticos, los atropellos, las agresiones y las precipitaciones.
Consecuencias del traumatismmo craneoencefálico
Una de las primeras consecuencias de un traumatismo craneoencefálico es la pérdida de la conciencia. La duración y el grado de ésta es uno de los indicadores más significativos de la gravedad del traumatismo.
Tras la recuperación de la conciencia, suele aparecer una entidad clínica característica del traumatismo craneoencefálico es el estado confusional. El paciente se encuentra desorientado bien en las tres esferas, a nivel personal, temporal y espacial, o bien en alguna de ellas, y presenta severas dificultades atencionales y en el resto de procesos neurocognitivos. A nivel conductual, la característica clínica más frecuente es la agitación psicomotriz.
Tras la recuperación progresiva del nivel de conciencia, la mayoría de los pacientes presenta gran diversidad de secuelas físicas, cognitivas y de comportamiento que varían en su naturaleza y gravedad, en función de la extensión y localización del daño cerebral, así como de las características de personalidad e inteligencia previas del afectado. A pesar de esta diversidad puede decirse que existe un patrón de afectación específico asociado a lesiones cerebrales focales que implican los lóbulos frontales y temporales.
Por esto, las alteraciones cognitivas más relevantes y que aparecen más a menudo son los problemas de regulación y control de la conducta, dificultades de abstracción y resolución de problemas, alteraciones psicolingüísticas, trastornos de aprendizaje y memoria, así como alteraciones en el ámbito de la personalidad y el ajuste emocional. Las alteraciones físicas comprenden alteraciones motoras (movilidad, y en la musculatura del habla o la deglución) y/o sensoriales (visión, la audición, el tacto y el gusto).
Causas del traumatismo craneoencefálico
De la definición de traumatismo craneoencefálico destacan tres aspectos relevantes:
- La existencia de una fuerza externa que actúa sobre el cerebro
- La afectación cerebral provocada por dicha fuerza
- La disfunción cerebral provocada por dicha afectación
La fuerza externa implicada en un traumatismo craneoencefálico ejerce sus efectos sobre el cráneo, bien por contacto directo (agresiones, caídas, golpes, accidentes deportivos) o por inercia (accidentes de tráfico).
Las fuerzas por contacto directo o estáticas suelen provocar lesiones focales. Entre las lesiones focales más frecuentes se encuentran:
- Hematoma subdural: colección de sangre localizado por debajo de la duramadre que es una de las capas que envuelve al cerebro. En muchos casos el sangrado es de origen venoso y por tanto de crecimiento lento. Estos hematomas deben vigilarse pues suelen provocan síntomas a medida que aumentan de tamaño.
- Hematoma epidural: colección de sangre por encima de la duramadre. En muchos casos el sangrado es de origen arterial y por tanto decrecimiento rápido. El paciente puede presentar un periodo sin síntomas tras el traumatismo y al cabo de horas desarrollar una serie de síntomas de alarma (náuseas y/o vómitos, cefalea, desorientación) acompañados en algunos casos de síntomas localizadores como la debilidad hemicorporal o una dilatación pupilar. Este tipo de hematoma es una emergencia neuroquirúrgica.
- Hemorragia subaracnoidea: colección de sangre en el espacio subaracnoideo
- Contusión cerebral: lesiones en zonas concretas del parénquima cerebral por disrupción del tejido, de los vasos sanguíneos, por isquemia o edema.
Y, las fuerzas inerciales o dinámicas causan lesiones por mecanismos de aceleración-desaceleración, que pueden dar lugar a lesiones focales (contusiones por el golpe y a distancia por el contragolpe) o difusas (daño axonal difuso).
Además, con frecuencia, las fuerzas generadas durante un traumatismo son mixtas por lo que es frecuente encontrar en un mismo caso lesiones cerebrales tanto focales como difusas. Esto supone un reto para el clínico a la hora de determinar la relevancia clínica de dichas lesiones.
Por otro lado, en función de que la fuerza ejercida en el momento del traumatismo sea capaz de romper el hueso craneal y exponer el tejido cerebral al exterior los traumatismos se clasifican en:
- Cerrados en este tipo de traumatismos el hueso y la capa de protección que protege el tejido cerebral permanecen intactos y NO existe exposición del cerebro. El ejemplo clásico de estos TCE son las lesiones por aceleración-desaceleración que se producen en los accidentes de tráfico.
- Abiertos o penetrantes en este tipo de Traumatismo Craneoencefálico se rompe la capa de protección que envuelve al cerebro y por tanto existe una exposición directa del tejido cerebral al exterior. El ejemplo clásico de este tipo de TCE son las agresiones por arma de fuego.
Asimismo, la afectación cerebral provocada por las fuerzas implicadas en un traumatismo craneoencefálico son muy variadas, lo que explica la amplia heterogeneidad clínica que presentan estos pacientes. A efectos didácticos, se distingue entre daño cerebral primario, secundario y terciario.
El daño primario está directamente relacionado con el mecanismo y la energía desarrollada en el traumatismo. El sustrato anatomopatológico de este tipo de daño es la lesión celular (lesiones focales), el desgarro y retracción de los axones (lesiones difusas) y las alteraciones vasculares provocados por el traumatismo.
El daño cerebral secundario y terciario, puede producirse:
- Como consecuencia del efecto de lesiones externas al parénquima cerebral, como las hemorragias subdurales y epidurales que provocan un aumento de la presión intracraneal
- Como consecuencia de alteraciones intracerebrales como la presencia de crisis epilépticas precoces, o edema intracerebral
- Complicaciones sistémicas que pueden ocurrir en el TCE, como el descenso de la tensión arterial (hipotensión arterial), el descenso de la oxigenación (hipoxemia), o el aumento de la temperatura (hipertermia) entre otros
La disfunción cerebral provocada por las lesiones focales viene determinada por su extensión y localización. Y, como norma general, las lesiones focales suelen agruparse en torno a los lóbulos frontales (región prefrontal) y los polos temporales debido al choque del tejido cerebral sobre las estructuras óseas craneales de ahí que los problemas más frecuentes sean los conductuales y los problemas de almacenamiento de información nueva, al igual que sucede en otras enfermedades el Sistema Nervioso Central, otros síntomas sugestivos de focalidad incluyen la presencia de afasia, apraxia, agnosia, acalculia, etc.
Las lesiones difusas afectan fundamentalmente a la conectividad entre áreas cerebrales y son responsables de síntomas como los problemas de atención y concentración, o la disminución en velocidad de procesamiento de la información, entre otros.
Tipos de traumatismo craneoencefálico
En función de la gravedad de dicha disfunción los traumatismos craneoencefálicos suelen clasificarse en:
Traumatismo craneoencefálico leve
El traumatismo cerebral leve o la conmoción cerebral son los más frecuentes y representan por tanto el mayor número de traumatismos que se producen en nuestro país.
En este tipo de traumatismos también conocidos como “conmoción cerebral”, no suele existir pérdida de conocimiento o si existe su duración suele estar limitada a los minutos posteriores a la contusión.
Aunque la mayoría de las personas que sufre un traumatismo craneoencefálico leve se recupera de forma completa en los días o semanas posteriores al traumatismo, un porcentaje relativamente elevado de estos pacientes pueden presentar problemas persistentes y limitantes que constituyen lo que conocemos como “síndrome post-conmocional”.
Este molesto e incapacitante síndrome incluye la aparición de síntomas físicos como la fatigabilidad, dolores de cabeza, problemas de conciliación del sueño, sensación de vértigo o mareos; problemas en la esfera cognitiva sobre todo problemas de atención, concentración o memoria; problemas emocionales como la presencia de ansiedad o de cambios de humor; y finalmente problemas conductuales como la aparición de irritabilidad, apatía u otros cambios en el comportamiento habitual.
Traumatismo craneoencefálico moderado
Traumatismo craneoencefálico grave
Traumatismo craneoencefálico en niños
Cada cuatro minutos se produce un ingreso por daño cerebral en España.
Mientras que en adultos la causa principal es el ictus. En niños, la epilepsia, los traumatismos craneoencefálicos, las encefalopatías, los tumores cerebrales y los accidentes cerebrovasculares son los principales desencadenantes del daño cerebral infantil.
Concretamente, el traumatismo craneoencefálico es la lesión de las estructuras de la cabeza producida por fuerzas mecánicas y el TCE es el traumatismo más frecuente en la edad pediátrica, ya que representa el 6% de los accidentes infantiles y supone un problema habitual en los servicios de urgencias pediátricos. Generalmente es leve, aunque es la primera causa de mortalidad entre los niños de 1 a 14 años.
Los niños con traumatismo leve sin lesión intracraneal tienen, en general, un buen pronóstico y se recuperan completamente en 24-48 h. Aunque no debemos olvidar que en el traumatismo grave infantil la mortalidad es mayor en los menores de 3 años.
En relación a las secuelas, el pronóstico en el niño es mucho mejor que en el adulto por los fenómenos de plasticidad y capacidad de reorganización del cerebro inmaduro. Y, dependiendo de la localización del impacto, la zona afectada y el contragolpe, habrá unos síntomas u otros, lo que supone un grupo muy heterogéneo de pacientes.
En IRENEA usamos la escala de Glasgow pediátrica, la cual valora la respuesta motora, la respuesta verbal y la apertura de ojos en el momento del traumatismo. Ésta permite valorar su gravedad y llevar un mejor seguimiento del niño.
Y, aunque depende de muchos factores, los déficits habituales pueden ser:
- Déficits motores: como espasticidad, problemas de equilibrio, trastornos del movimiento como pueden ser temblores, mala coordinación, incapacidad para planificar movimientos o problemas para tragar…
- Déficits cognitivos: confusión menor concentración, problemas de memoria, dificultad para la resolución de problemas, alteraciones en la conciencia de uno mismo…
- Déficits sensoriales o de percepción: cambios en la vista, oído, olfato… Dificultad de entender la relación de su cuerpo en el espacio o problemas de sensibilidad.
La suma o no de varios déficits y la evolución que haya tenido van a determinar el grado de dependencia en el día a día.
En IRENEA, tras observar el niño, niña o adolescente y, una vez valorado desde todas las áreas, se decide el protocolo de actuación junto con la familia. Y, una vez llegado a este momento es cuando implementamos todas las herramientas de las que disponemos, tanto las convencionales como las más innovadoras.
Por último, es importante tener siempre presente lo que decimos a las familias en IRENEA que “el diagnóstico no es un pronóstico, con una neurorrehabilitación adecuada”. Por ello, es clave contar con un centro de diagnóstico funcional y evolutivo, que oriente en las necesidades o ayudas que pueda necesitar el niño, igual que sucede en nuestros centros de rehabilitación neurológica con los niños, niñas y adolescentes que atendemos.
Nuestros profesionales
IRENEA cuenta con caso 200 profesionales altamente especializados en rehabilitación neurológica y en constante formación.
Son muchos los profesionales que se necesitan para la adecuada recuperación de las personas que sufren anoxia y no hay existe un único profesional que pueda poseer los conocimientos ni las habilidades necesarias para hacer frente a la variedad de problemas que suelen acompañar a este tipo de lesiones.
Por eso en todos los centros de nuestra amplia red, contarás con expertos en:
- Neurología
- Medicina física y rehabilitación
- Medicina General
- Neuropsicología y psicología Clínica
- Fisioterapia
- Terapia Ocupacional
- Logopedia
- Trabajo Social
- Nutrición
- Pediatría y neuropediatría
- Especialidades médicas relacionadas (Otorrinolaringología, Urología, Neurocirugía, Psiquiatría, Cirugía general, etc.)
- Ortoprotesis
Texto desarrollado por Dra. Belen Moliner Directora Médica