Alimentación desde el enfoque de la Integración sensorial

Imagen de una sesión de neurorehabilitación pediátrica para orientar la alimentación desde el enfoque de integración sensorial

Como ya vimos en el post de Integración sensorial, podemos definirla como el proceso neurológico que se encarga de organizar la información que percibimos de nuestro cuerpo y del entorno que nos rodea. Si existe una dificultad en el procesamiento sensorial, ocurre que no percibimos de manera adecuada las sensaciones que provienen del ambiente y desde nuestro propio cuerpo y por tanto se produce una respuesta que no es acorde al estímulo recibido, esto puede influir en nuestro nivel de alerta, atención y capacidad para organizar el comportamiento diario.

En esta entrada nos vamos a centrar en cómo pueden influir estas dificultades en el procesamiento sensorial en un actividad tan importante como es la alimentación. La alimentación la podemos definir como una actividad fundamental para nuestra supervivencia que además se encarga de funciones tan diferentes como la de socializar, establecer relaciones, organizar rutinas etc, para que ésta sea exitosa es necesaria la coordinación de múltiples componentes y habilidades tanto motoras, cognitivas como sensoriales.

Cuando existe una dificultad en el procesamiento sensorial, dependiendo de la modalidad a la que afecte principalmente, podemos encontrar los siguientes problemas relacionados con la alimentación:

A nivel Táctil

A través del sentido del tacto mantenemos contacto con el mundo que nos rodea, exploramos en nuestros primeros años de vida y percibimos diferentes estímulos como presión, contacto, temperatura y vibración. Este sentido se puede ver afecto de dos formas muy diferentes:

Hipersensibilidad táctil: se percibe de una manera alterada al alza la información sensorial que se recibe, lo podemos observar en las siguientes conductas:

  • Rechazo a probar nuevos alimentos o texturas
  • Comer solo el mismo tipo de comida y cocinada de la misma manera
  • Reacciones de miedo y desagrado al contacto en la zona oral
  • Rechazo del lavado de dientes y cara

Los patrones de evitación son únicos para cada individuo (Willbarger 1991). Todas estas reacciones van a provocar estados elevados de alerta y problemas conductuales.

Hiposensibilidad táctil: se pueden tener problemas para registrar los estímulos táctiles que llegan a la boca y necesitar mucha cantidad de estímulo sensorial para ser conscientes de éste. Lo podemos observar en las siguientes conductas:

  • Comer grandes trozos y llenar la boca totalmente de alimento
  • No percibir cuando se está sucio o cuando quedan restos de comida en los labios y boca
  • No darse cuenta cuando un alimento está muy caliente o muy salado

A nivel Propioceptivo

A través del sentido de la propiocepción, nosotros tenemos información sobre la posición de nuestros músculos y articulaciones, además nos ayuda a saber cómo movernos en el espacio, como relacionarlos con el ambiente y qué cantidad de presión ejercer al manipular diferentes objetos. Si hay una disfunción en el procesamiento sensorial propioceptivo podemos observar lo siguiente:

  • Pobres habilidades orales motoras (tendrán dificultades para graduar la apertura de la boca, para mover coordinadamente la lengua y así formar el bolo alimenticio)
  • Tragan el alimento apenas sin masticar
  • Llenan su boca con grandes cantidades de alimentos para poder masticarlo

En la actividad de la alimentación se pueden ver también alterados los demás sistemas sensoriales como, por ejemplo, el sistema vestibular y el olfativo. A nivel vestibular podemos observar problemas de sedestación correcta o continuo movimiento y a nivel olfativo demasiada percepción de ciertos olores que provoquen rechazo a ciertas comidas.

Si todo esto nos resulta familiar… ¿Qué podemos hacer?

Si su familiar muestra alguna conducta de las descritas anteriormente y éstas impactan de manera grave en la ejecución de las Actividades de la Vida Diaria, en la relación con la familia o con sus iguales, el primer paso que debemos realizar será acudir a un profesional (Terapeuta Ocupacional) especializado en Integración sensorial para que pueda realizar una evaluación y determinar si existe o no un déficit relacionado con el procesamiento sensorial y si es así, éste nos aconsejará sobre el tratamiento a realizar.

Si quieres más información sobre problemas relacionados con la alimentación, no dudes en contactar con cualquier a de nuestros centros de daño cerebral.

Referencias bibliográficas:

integrandosensaciones.blogspot.com

AYRES, A. J. (2003), La integración sensorial y el niño, Traducción: Teresa Carmona Lobo, Editorial Trillas, Méjico.

Curso “Abordaje de Integración Sensorial en el área de la alimentación: Comida y diversión”.

http://autismodiario.org/

BEAUDRY BELLEFEUILLE, I. (2008), Tengo duendes en las piernas – Dificultades escolares, hiperactividad, problemas de conducta, sueño y alimentación vistos por los niños y por la Teoría de la integración sensorial, Ediciones Nobel, Oviedo.

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