Un cambio de dominancia manual consiste en entrenar a la mano no dominante en la realización de todas las Actividades de la Vida Diaria. Es una técnica de rehabilitación sustitutoria, utilizada en pacientes con daño cerebral adquirido, tanto en adultos como en pediatría, en la que vamos a sustituir la función que no puede ejecutar el miembro superior afecto.
¿Cuándo recomendar un cambio de dominancia?
Se recomendará un cambio de dominancia en los siguientes casos:
– Amputación del miembro superior dominante.
– Pérdida parcial o completa de la movilidad del miembro superior dominante, como por ejemplo en casos de lesiones graves del plexo braquial.
– Afectación grave del miembro superior dominante, no pudiendo realizar éste su anterior función, en casos de hemiparesias graves o en enfermedades degenerativas como la – Esclerosis Múltiple
¿Quién es el Profesional encargado de llevar a cabo un cambio de dominancia?
Todos los profesionales que componen el equipo de Neurorehabilitación son los encargados de tomar la decisión en consenso y de proponer un cambio de dominancia cuando sea necesario y es el Terapeuta Ocupacional el profesional que dentro del equipo se encarga de llevar a cabo esta labor.
¿Cómo se realiza un cambio de dominancia?
A la hora de plantearnos realizar un cambio de dominancia manual, debemos de tener en cuenta todos los componentes que se necesitan para conseguir una correcta función manual. Esto es especialmente importante en el caso de la realización de un cambio de dominancia en daño cerebral adquirido puesto que en este tipo de patologías, no solo afecta la función motora, sino que todos los demás componentes necesarios pueden presentar también déficits.
En primer lugar, se debe hacer una evaluación completa de todos los componentes necesarios, como por ejemplo evaluar cómo está el tono muscular del miembro en el que se va a llevar a cabo el cambio de dominancia, cómo es el control postural del paciente, conocer el estado de la sensibilidad (propioceptiva, táctil, térmica, reconocimiento de objetos), evaluar la percepción visual, el control visuo-motor, la planificación motora y las praxias entre otros.
Se deben de tener en cuenta además, las diferentes funciones de las que se encarga el miembro superior como son alcances, agarres, pinzas, traslado de objetos, uso de cubiertos y herramientas y de una de las tareas más complejas que es la escritura.
En función de los componentes afectos y de la función específica a entrenar, el Terapeuta Ocupacional irá diseñando el plan de cambio de dominancia de forma individual para cada paciente, trabajando a la vez tanto en los déficits como en la función según los requerimientos del paciente e incrementando el nivel de complejidad.
Si quieres profundizar más sobre éste u otro tema de rehabilitación del daño cerebral, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
