En el post ‘’Programa de habilidades sociales para niños y adolescentes con daño cerebral’’ se hablaba sobre las dificultades que pueden presentar los niños con daño o disfunción cerebral en sus habilidades sociales. En esta ocasión hablaremos sobre una parte concreta de esas habilidades sociales, la comunicación.
Comunicación: trato, correspondencia entre dos o más personas
Ésta es una de las acepciones que la RAE ofrece para la palabra ‘’comunicación’’ y es que, efectivamente, la comunicación es una de los medios que las personas usamos para relacionamos entre nosotros.
Para que en la comunicación con otras personas usemos nuestro lenguaje de forma correcta disponemos de una habilidad llamada pragmática. Gracias a ella podemos comunicarnos de una forma u otra dependiendo de cada situación. Por ejemplo, imaginemos una clase de niños antes y después de que llegue el profesor a la clase: en el primero de los casos probablemente los niños estarán hablando entre sí de temas que les interesan, con una postura desenfadada, quizá riendo, probablemente con un volumen de voz elevado…, sin embargo, cuando el profesor está en clase todos están en la misma postura (sentados mirando hacia delante), en silencio, quizá asintiendo a lo que dice el profesor, es él quien habla y no los alumnos y si algún alumno le habla al profesor, este seguramente lo hará de forma respetuosa, en un tono de voz moderado, etc.
Pero… ¿qué pasa cuando esta habilidad está afectada?
Las dificultades de este nivel lingüístico pueden darse en personas de cualquier edad. No obstante, en esta ocasión nos centraremos en la infancia.
Cuando nos encontramos niños con daño o disfunción cerebral, con problemas en la pragmática:
- Su habla durante una conversación puede llegar a ser excesiva. Sin embargo, cuando realizan tareas como contar una historia o dar instrucciones sobre algo esa producción oral suele disminuir.
- También suele resultar difícil para ellos empezar una conversación, mantener el tema de la misma, cambiarlo y respetar los turnos de habla.
- Les cuesta expresar sus ideas de una forma clara y adaptar el lenguaje según cada situación (como se ha visto en el ejemplo anteriormente expuesto, no podemos hablar lo mismo con un compañero de clase que con el profesor).
- Incluso, en ocasiones, entender las oraciones de doble sentido.
¿Qué podemos hacer para mejorar todo esto?
Una de las actividades que podemos realizar para trabajar la pragmática y que más divierte a los niños es el role-playing.
El role-playing no es más que una especie de teatro en el que se simula alguna situación. En este caso simularemos situaciones comunicativas de la vida diaria, para que sean lo más funcionales posibles para el niño.
Podemos hacer, por ejemplo, role-playing en el que juguemos a vender y comprar cualquier cosa del interés del niño (comida, ropa, etc.), a restaurantes en los que haya un cliente y un camarero y/o cocinero, la consulta del médico, la peluquería, entre otras muchas. Lo ideal es usar cuantos más materiales nos sea posible para lograr que esa situación sea lo más real posible.
El objetivo final de esta actividad es que el niño sea capaz de llevar a cabo todos esos aspectos anteriormente comentados:
- comenzar conversaciones,
- mantenerlas,
- adaptar el lenguaje cuando sea necesario al contexto (por ejemplo, usar debidamente la fórmulas de cortesía como ‘’hola’’, ‘’por favor’’ o ‘’gracias’’),
- expresar la información más adecuada,…
Además, con este ejercicio también se pueden trabajar otros muchos aspectos del lenguaje como pueden ser:
- la pronunciación,
- aumentar el vocabulario,
- dividir palabras en categorías o
- construir frases
El role-playing es muy útil en las sesiones en grupo ya que podemos aprovecharlo para que el niño interaccione no solo con el adulto sino con otros niños, lo cual le puede ayudar a generalizar sus aprendizajes.
Es una actividad simple que puede realizarse tanto en el ámbito clínico como en casa y que el único material que requiere son juguetes u objetos de la vida cotidiana.
No obstante, podemos realizar otras actividades para trabajar la pragmática como dar sentido a las frases hechas, refranes, describir cuentos, etc.
En cualquier caso, siempre deben hacerse tareas centradas en los problemas particulares de cada niño, que sean de su interés para poder conseguir una mayor participación por su parte en la actividad y no solo trabajarlos en el ámbito clínico sino hacer partícipes de ello a su familia y centro educativo con el fin de conseguir generalizar sus aprendizajes.
Área de logopedia del Instituto de Rehabilitación Neurológica de Hospitales VITHAS – Vithas Elche – Vinalopó.