Tras una lesión cerebral es bastante frecuente la aparición de dolor y limitación del recorrido articular en el miembro superior parético, provocados por una alteración del tono muscular, la debilidad de los músculos, posiciones incorrectas mantenidas y/o unas movilizaciones poco “ortodoxas”.
«Aunque no exista movimiento activo en el brazo afecto es importante prestarle la atención que merece, pues un cuidado indebido del mismo puede generar la aparición de gran cantidad de problemas que pueden interferir en la recuperación integral del paciente»
SUBLUXACIÓN DEL HOMBRO
La subluxación del hombro es una de las alteraciones más comunes del miembro superior parético. Debido a la lesión cerebral, la musculatura del hombro se encuentra debilitada y no es capaz de mantener el peso del brazo, por lo que éste queda “descolgado”, estirando en exceso las estructuras de la articulación, especialmente la cápsula articular. Todo ello provocando un dolor bastante agudo que va a limitar actividades como el aseo y el vestido, e incluso la marcha.
Para prevenir las complicaciones derivadas de la subluxación del hombro es importante:
- Una correcta colocación en la cama, colocando una almohada debajo de él que abarque desde el hombro hasta la mano y, en la silla, adaptando reposabrazos especiales (Reposabrazos Bobath) para que el brazo quede correctamente colocado.
- Está desaconsejo el uso de cabestrillos estándares ya que favorecen la aparición de retracciones. Existen otros dispositivos más recomendables para corregir la subluxación cuando el paciente esté de pie, como por ejemplo el homotrain.
- Está PROHIBIDO traccionar del brazo parético, ya que podemos agravar la subluxación, aumentando las molestias y perpetuando las complicaciones.
CUIDADOS DE LA MANO
Debido al aumento del tono muscular de los flexores la mano, ésta tiende a permanecer cerrada (mano en garra) y el paciente suele ser incapaz de abrirla voluntariamente o de controlar el movimiento de los dedos. Puede que sea capaz de mover activamente los dedos, pero los movimientos finos de los mismos requieren una gran habilidad y coordinación que difícilmente se alcanzan.
Os presentamos una serie de recomendaciones generales para facilitar la recuperación:
- Sujetar su mano afecta proporcionará estimulación sensitiva y le hará tomar conciencia del miembro. Debemos facilitarle todo tipo de sensaciones (térmicas, táctiles, etc.), pero siempre recordando que su sensibilidad puede estar alterada, así que cuidado con el dolor y con las temperaturas extremas, ya que podemos provocar fácilmente quemaduras. Para entrenar la sensibilidad con los ojos cerrados podemos realizar las siguientes actividades:
– Reconocer en qué parte del brazo le estamos tocando (Sensibilidad táctil).
– Reconocer a qué temperatura se encuentran diferentes baldes de agua más fría o más caliente (Sensibilidad térmica).
– Reconocer diferentes objetos con el tacto dentro de la mano: llaves, bolígrafo, moneda, etc. (Esteroagnosia).
– Imitar con el brazo sano una posición que hayamos colocado previamente con el brazo afecto (Propiocepción).
– Reconocer diferentes texturas: velcro, terciopelo, algodón, lija…(Sensibilidad táctil).
- Cuando el paciente sea capaz de mover el brazo, debe animarle a usar el brazo tanto como sea posible, integrándolo en actividades de la vida diaria como el vestido, la higiene,etc.
- Procurar una higiene extremada en la mano hemipléjica pues tiende a cerrarse y, por tanto, a acumular humedad y malos olores. Emplearemos agua templada y comprobaremos la temperatura con la otra mano antes de introducirla para evitar quemaduras.
- Cuando el tono de la mano es muy elevado también suele ser necesario el uso de férulas, que son dispositivos ortopédicos que se utilizan para prevenir un mayor acortamiento de los flexores de la mano. Las férulas deben ser prescritas por profesionales sanitarios, tanto para su indicación como para marcar los horarios de colocación de las mismas.
- Está desaconsejada la colocación de objetos o pelotas en el interior de la mano paralizada, ya que favorece un aumento del tono y, por lo tanto, un aumento de la mano en garra.
- Los baños de contraste sumergiendo alternativamente la mano en agua caliente (35º-38ºC) durante 2-4 min y en agua fría (5ºC) 1 min, de 3 y 5 veces.
- La colocación de guantes de compresión y posiciones de declive (colocar el brazo más alto que el resto del cuerpo)