El Trastorno del Espectro del Autismo, según el DSM – V (TEA en adelante), o Trastorno Generalizado del Desarrollo en DSM – IV – R, (TGD en adelante) es un trastorno del desarrollo neurológico que puede afectar a diferentes esferas, como son el desarrollo cognitivo, el desarrollo de la comunicación, el desarrollo sensorial, el desarrollo emocional, comportamental y de las habilidades sociales.
¿Cuáles son los rasgos más comunes de las personas con Trastorno del Espectro del Autismo o Trastorno Generalizado del Desarrollo?
- Déficit en la interacción social: déficit en las habilidades sociales y pobre o ausente contacto ocular.
- Déficit en la comunicación verbal y no verbal: dificultades tanto en la comprensión como en la expresión del lenguaje.
- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades: movimientos estereotipados, rituales y rigidez cognitivo conductual e interés excesivo por temas restrictivos.
Además estos rasgos comunes pueden ir acompañados en algunos casos de déficit cognitivos, principalmente déficit de atención, capacidad de aprendizaje limitada y dificultades en el razonamiento, y también de problemas de conducta, principalmente berrinches, rabietas, gritos, poca tolerancia a los cambios y a la frustración.
¿Qué podemos hacer?
El abordaje o tratamiento del Trastorno del Espectro del Autismo que se lleve a cabo dependerá de las esferas afectadas en cada persona y la gravedad de las mismas, pero siempre partiendo de un abordaje cognitivo-conductual.
Recomendamos acudir a un equipo de profesionales especializados lo antes posible, los primeros signos de alarma suelen aparecer en torno a los dos primeros años de vida. Generalmente las primeras señales son el escaso contacto ocular, las estereotipias y el retraso en la adquisición del lenguaje.
El equipo de profesional llevará a cabo una valoración global del desarrollo y a partir de ahí se desarrollará un programa de tratamiento individualizado en el que vosotros, las familias, tenéis mucho que aportar y ayudar desde casa.
¿Cómo podemos ayudarles en casa?
- Uso de ayudas visuales: calendarios visuales, uso de pictogramas
- Mantener un ambiente tranquilo y estructurado
- Mantener una rutina: tener un día a día estructurado, facilita el aprendizaje y les ayuda a mantenerse más tranquilos en un ambiente conocido
- Anticipación: anticipar los cambios en las rutinas para no sorprenderles, tienen dificultades para tolerar y encajar los cambios
- Ayuda: cuando no sean capaces de resolver algo por sí mismos, dividiendo tareas complejas en pequeños pasos más sencillos para evitar que aparezca frustración
- Refuerzo positivo: fomentar el aprendizaje y la repetición de conductas adecuadas mediante técnicas de modificación de conducta entrenadas con los profesionales
- No sobreestimular: ellos también necesitan descansar
- No sobreproteger: fomentar la participación y la realización independiente de tareas, concretamente de aquellas que pueda realizar por sí mismo
- Motivación: utilizar sus propios gustos e intereses para fomentar el desarrollo de nuevos aprendizajes
- Generalización: llevar a cabo en casa las pautas o aprendizajes que se realizan con los profesionales, para generalizar lo aprendido y las conductas apropiadas a otros contextos
- Paciencia para ayudarles a comprender y manejar sus emociones
- Mantener la calma: antes berrinches y rabietas intentar seguir las pautas del profesional
Recordad siempre que ellos no tienen la culpa de lo que les ocurre, tienen dificultades para comprenderlo y para manejar sus emociones. Por eso, necesitan nuestra ayuda para comprender el entorno y a sí mismos, y debemos tener paciencia en este recorrido. Es importante centrarse en el presente, en los pequeños avances día a día, y felicitarlos y motivarlos por ello.