Tragar es un gesto tan cotidiano que rara vez pensamos en todo lo que implica. Sin embargo, detrás de cada sorbo o bocado se esconde un proceso complejo que requiere la coordinación precisa de músculos y nervios. Cuando este mecanismo se altera (por un ictus, un traumatismo craneoencefálico o una enfermedad neurológica) puede aparecer la disfagia orofaríngea, una dificultad para tragar que afecta tanto a la seguridad como a la calidad de vida. Comprenderla es el primer paso para detectarla a tiempo y abordarla con éxito desde la neurorrehabilitación.
¿Qué es la disfagia orofaríngea?
La disfagia orofaríngea es la dificultad o incapacidad para tragar correctamente los alimentos o los líquidos. No es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma de distintos trastornos neurológicos o anatómicos que afectan las fases de la deglución, desde la boca hasta el esófago.
En el proceso de tragar intervienen más de 30 músculos y múltiples nervios; por eso, cualquier alteración puede generar un problema de seguridad o eficacia al comer.
Puedes ampliar información en nuestro artículo sobre las fases de la deglución y su tratamiento.
Causas más frecuentes de disfagia
Las causas más habituales de disfagia orofaríngea son:
- Daño cerebral adquirido: ictus, traumatismo craneoencefálico o tumor cerebral
- Enfermedades neurodegenerativas: párkinson, ELA, alzhéimer o esclerosis múltiple
- Alteraciones anatómicas o quirúrgicas, como tumores o radioterapia en cabeza y cuello
- Presbifagia, asociada al envejecimiento
- Efectos secundarios de fármacos o ciertas enfermedades musculares
En todos estos casos, el paciente puede presentar una alteración en una o varias fases de la deglución (oral, faríngea o esofágica).
Síntomas de disfagia: señales de alerta
Reconocer los síntomas de la disfagia es clave para prevenir complicaciones como neumonías o desnutrición.
Algunas señales de alerta son:
- Tos o atragantamiento al comer o beber
- Voz húmeda o ronca después de tragar
- Babeo o salida de alimentos por la nariz
- Dificultad para masticar o mantener la cabeza erguida
- Pérdida de peso o infecciones respiratorias frecuentes
En algunos casos, las aspiraciones son silentes, es decir, el alimento pasa a la vía respiratoria sin producir tos, lo que hace imprescindible una valoración profesional.
Evaluación y diagnóstico de la disfagia
El diagnóstico de la disfagia orofaríngea se realiza mediante una valoración logopédica especializada.
En IRENEA, nuestros logopedas utilizan herramientas como:
- Método de exploración volumen-viscosidad (MECV): detecta alteraciones de seguridad y eficacia de la deglución
- Videofluoroscopia (VDF): estudio radiológico dinámico que analiza la deglución en tiempo real
Estas pruebas permiten diseñar un tratamiento personalizado y adaptar la textura de los alimentos para reducir el riesgo de atragantamiento.
Puedes conocer más en:
Importancia del protocolo multidisciplinar de disfagia en pacientes con daño cerebral.
Tratamiento logopédico de la disfagia
El objetivo principal del tratamiento es conseguir una alimentación segura y eficaz, garantizando la nutrición y la hidratación del paciente.
El plan de intervención suele incluir:
Rehabilitación motora y sensorial
Ejercicios para fortalecer la musculatura orofacial, mejorar la sensibilidad y coordinar los movimientos implicados en la deglución.
Maniobras deglutorias y técnicas terapéuticas
Adaptadas a las necesidades de cada paciente.
Más información: Las maniobras deglutorias en pacientes con disfagia.
Modificación de la dieta
Los logopedas determinan la consistencia más segura del bolo alimenticio (néctar, miel, pudding o triturado) y el volumen adecuado para cada caso.
Lee también: Recomendaciones para la alimentación de pacientes con disfagia.
Otras técnicas de apoyo
Electroestimulación, neurotape y terapia manual para favorecer la función deglutoria y prevenir complicaciones respiratorias.
Consejos para cuidadores y familiares
Las siguientes pautas ayudan a que las comidas sean más seguras y agradables:
- Sentar al paciente con la espalda recta y la cabeza ligeramente inclinada hacia delante
- Mantener un ambiente tranquilo, sin distracciones
- Ofrecer pequeños bocados y esperar a que haya tragado antes del siguiente
- No prolongar la comida más de 45 minutos
- Mantener al paciente incorporado durante al menos media hora tras comer
En algunos casos, cuando la vía oral no es segura, se puede recurrir temporalmente a una sonda nasogástrica o a una gastrostomía percutánea (PEG) para asegurar una correcta nutrición e hidratación.
Vivir con disfagia: comprensión y acompañamiento
La disfagia orofaríngea puede generar ansiedad, miedo a comer o pérdida de placer por la comida.
Por eso, el acompañamiento de la familia y el trabajo conjunto con un equipo multidisciplinar son esenciales.
En IRENEA, nuestros equipos de logopedia, fisioterapia, neuropsicología, terapia ocupacional y medicina rehabilitadora trabajan de manera coordinada para recuperar la funcionalidad y la seguridad de la deglución, mejorando la calidad de vida de los pacientes.



