La saliva es un fluido producido por las glándulas salivales. La producción diaria es superior a 1 litro. Sus funciones son muchas y de gran importancia en nuestra vida.
La principales son:
- Formación del bolo alimenticio
- Función antibacteriana
- Lubricación oral
- Protección dental y favorecimiento de la cicatrización
La adecuada producción y el correcto manejo intraoral de la saliva permiten que ésta realice todas sus funciones.
Los pacientes con daño cerebral pueden presentar alteraciones que afecten a la saliva, pero en este post queremos centrarnos uno de ellos, el babeo, que puede tener dos causas diferentes: la sialorrea y el control oral de los fluidos.
Es importante hablar de ambos para poder distinguirlos adecuadamente:
- La sialorrea es la producción excesiva de saliva, que tiene un abordaje eminentemente médico, ya sea mediante fármacos o mediante la aplicación de toxina botulímica en las glándulas salivales.
- Por otro lado, la alteración del control motor oral, puede tener diferentes consecuencias:
1- El escape de la saliva al exterior de la cavidad oral, impidiendo que cumpla adecuadamente sus funciones, por no hablar de la reducción de la correcta hidratación al perder tanto líquido
2- La filtración de saliva a la vía aérea asociada a la disfagia, a una deficitaria activación del reflejo deglutorio y una reducción de la sensibilidad y de activación de otros reflejos como el tusígeno.
El abordaje de las alteraciones motoras puede ser diverso, dependiendo de su causa, del estado cognitivo y clínico del paciente y de las estructuras afectadas.
En ocasiones leemos o escuchamos que, en referencia a pacientes con daño cerebral, se asocia directamente el babeo a la sialorrea, y es importante dejar claro que no tiene por qué ser así. De hecho, lo normal es que no sea así. En los pacientes con daño cerebral, el babeo suele estar asociado a un déficit motor de las estructuras orofaciales, ya sea por la situación cognitiva del paciente (pacientes en estado de vigilia sin respuesta o de mínima conciencia) o por lesiones cerebrales que afecten al control motor orofacial.
Es necesario distinguir la causa del babeo, ya que si se aplica el tratamiento de la sialorrea a un babeo causado por alteraciones motoras sin que exista sialorrea, obviamente reduciremos el babeo, pero será a costa de una reducción innecesaria de la producción de saliva, lo que impedirá que ésta cumpla con sus funciones y esto podría tener efectos negativos en el paciente.
Contacto: centros de daño cerebral
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