Queremos abordar en este artículo las dificultades de alimentación en niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), ya que es un tema que consideramos muy importante y que, en ocasiones, puede resultar difícil de resolver para muchas familias.
Además, por experiencia, sabemos que estas dificultades pueden ser multifactoriales y, por eso, es fundamental abordarlas de manera gradual y persistente.
Recomendaciones para trabajar las dificultades de alimentación en niños con TEA
- Para empezar, os recomendamos comprender las preferencias y aversiones alimentarias del pequeño. Llevar un registro detallado de los alimentos que consume, así como de sus texturas, colores, formas, temperaturas y sabores preferidos, puede proporcionar información valiosa para adaptar la dieta del niño de manera adecuada.
- También es recomendable elegir momentos específicos, como el almuerzo o la merienda, para introducir nuevos alimentos de manera lúdica y que estos no sean comidas principales. El juego desempeña un papel crucial en este proceso, ya que ayuda al niño a familiarizarse con los nuevos alimentos. Podemos utilizar diversas técnicas, como oler, tocar o jugar con los alimentos, antes de su introducción en la dieta.
- Además, antes de iniciar una actividad alimentaria, es fundamental involucrar al niño, ya sea verbalmente o utilizando apoyos visuales como pictogramas. Durante la actividad, es recomendable alternar entre los alimentos que le gustan al niño y los nuevos alimentos que deseamos introducir. La «ley del plato vacío» puede ser útil para indicarle al niño que la actividad ha finalizado una vez que el plato se va vaciando.
- Por otro lado, a medida que el niño comienza a aceptar más alimentos en su dieta, podemos incorporar juegos más complejos, como la «ruleta de los alimentos», para hacer la experiencia aún más divertida. Además, es importante mantener rutinas y horarios consistentes, así como fomentar la participación en las comidas en familia.
- Por último, es esencial evitar engañar al niño sobre la cantidad de alimentos que le quedan (si por ejemplo, se le dice que solo le quedan dos bocados más, debe ser así) y promover hábitos de higiene, como cepillarse los dientes después de comer.
En resumen, abordar las dificultades de alimentación en niños con TEA requiere paciencia, creatividad y un enfoque individualizado. Con el tiempo y el apoyo adecuado, podemos ayudar a estos pequeños a desarrollar una relación más positiva con la comida y a mejorar su calidad de vida.