La idea surgió hace años, por parte de las neuropsicólogas surgió la idea de llevar grupos de pacientes que llamamos «grupos de conciencia de enfermedad» donde informarles, acompañarles y asesorarles para que puedan afrontar la nueva situación de la mejor forma posible.
De estos grupos destacaríamos que en todo el proceso los avances terapéuticos se producen gracias a la propia dinámica que se establece entre los integrantes del grupo, es clave la dinámica de grupo, el estar con otros enfermos de daño cerebral que están pasando por la misma situación o similar.
La conciencia y ayuda que ellos se brindan al compartir sus frustraciones, esperanzas y reflexiones es fundamental para el cambio. En una de tantas sesiones un grupo lanzó una reflexión: «vale, los profesionales nos contáis muchas cosas de cómo funciona el cerebro, de las consecuencias y las dificultades que posiblemente tenemos o tendremos, de la importancia de trabajar y tener PACIENCIA pero, ¿quién nos cuenta lo que pasa después?, ¿cómo veo yo qué puedo mejorar?. Realmente lo único que veo ahora es que esto es muy lento y no llegaré nunca a estar como antes».
Ante el interés de los pacientes por «el después» y conocer abiertamente que les gustaría ver y ponerse en la piel de compañeros que ya han hecho este recorrido, nos decidimos a crear el «Grupo de Conciencia de Enfermedad» como una parte más de la terapia . Muchos de ellos necesitaban y reclamaban experiencias positivas visibles como referentes para recuperar la ilusión perdida.
Para ello, nos hemos puesto en comunicación con varios expacientes que han venido hoy a contar su experiencia de vida. Los antiguos pacientes cuentan brevemente qué les paso (lesión, secuelas), qué les impacto la primera vez que entraron por la puerta, lo que pensaron y lo que sintieron: «Dios mio!1¿tan mal estoy como para que me traigan aquí?, qué suerte he tenido, en breve estaré fuera… Relatan todo el proceso de toma de conciencia de sus dificultades y cómo al final llegan a la conclusión de que esto tiene que pasar por mí, «así que más vale haga caso de lo que me aconsejan, de ponerme pequeñas metas y ser consciente de los avances para seguir poniéndome otras después».
También se suele hacer hincapié en la importancia del apoyo de tus seres queridos y de cómo el asesoramiento profesional a sus familias ha sido crucial para mejorar las relaciones.
En resumen, independientemente de que sus vidas ahora se parezcan o no a las anteriores a su lesión valoran mucho el camino recorrido, el esfuerzo y viven saboreando su día a día como lo que es: el milagro de la vida.
Si quieres conocer más sobre los «grupos de conciencia de enfermedad», no dudes en ponerte en contacto con nosotros.