Hace unos días recibimos una consulta dentro de nuestro post «¿Por qué mi hijo no me entiende?«, al leerla nos dimos cuenta de que era un tema frecuente entre algunos de los niños que tratamos con autismo. Por eso, hemos querido convertir nuestra respuesta en un post y así poder ayudar a todos aquellos padres que se encuentren con esta misma dificultad:
La consulta de Alicia
Tengo un niño de 3 años. Lo diagnosticaron con autismo. El repite todo lo que le digo, canta y casi todo lo pronuncia muy bien. Pero no comprende el lenguaje, no expresa necesidades ni contesta a mis preguntas, se la pasa repitiendo todo en ecolalia. Por todos lados veo información sobre niños con autismo que no hablan o que tienen poco vocabulario, pero no logro encontrar información sobre cómo ayudar a mi hijo que habla pero no lo comprende. Él tiene muy buena memoria, sabe los colores, las formas, los números hasta el 100 en inglés y hasta el 20 en español, canta canciones… Pero, no logró tampoco que se relacione con otros niños, juega siempre solo y si algo no funciona como quiere, se frustra demasiado. No sigue instrucciones, aún usa pañales. Lo tengo en terapia de comportamiento y estoy esperando por las evaluaciones para terapia del habla y ocupacional. En fin, quisiera saber si alguien sabe específicamente donde puedo encontrar información sobre qué hacer cuando un niño habla pero no parece entender lo que dice o lo que le dicen, ósea no tiene comunicación funcional.
Nuestra respuesta
Hola Alicia:
El problema que refieres es muy típico en los niños/as que padecen un trastorno del espectro autista. Efectivamente, en la mayoría de los casos, los problemas no tienen que ver con la calidad con la que se articulan o se expresan las palabras, sino con su uso y con todo aquello que hace que el lenguaje se convierta en una herramienta funcional de relación e interacción con los demás. Es decir, el niño/a con autismo va a tener problemas en entender cuál es el propósito por el que me comunico, cual es mi finalidad con el hecho de comunicarme y con todo aquello que no es lenguaje literal y que dice tanto, como la expresión no verbal, el tono, la melodía de mi mensaje, etc.
Los niños/as con autismo suelen tener problemas en la relación e interacción con los demás ya que, desde su forma de vivir y entender el mundo que les rodea, el lenguaje no es para ellos una herramienta útil o necesaria, no es el mejor instrumento de conocimiento o de relación con el mundo, no se sienten cómodos con él, por lo que no suelen tener intención de usarlo.
¿Cómo va ser útil el lenguaje cuando no son capaces de entender todos los elementos paraverbales, ironías, dobles mensajes, de los que están impregnados nuestros mensajes? O más complicado todavía, ¿cómo voy a comunicarme cuando no soy capaz de intuir, entender o empatizar con el estado mental de los otros? Si yo entiendo lo que puedo manipular, tocar, rodar, ver y escuchar literalmente, ¿qué pasa con todo aquello que no tiene estas cualidades? Pues, simplemente, que no acaba siendo atractivo para mi.
Por tanto, el problema que refieres no es sólo un problema de lenguaje sino de todo un funcionamiento cognitivo especial, una forma distinta de entender y relacionarme con el mundo. Por eso, desde nuestro Instituto de Rehabilitación Neurológica, entendemos el autismo como un problema de neurodesarrollo, por lo que su abordaje debe ser global y multidisciplinar, donde intervengan los logopedas, pero también otras figuras como los neuropsicólogos o los terapeutas ocupacionales que también pueden ayudar a facilitar que estos niños se sientan más cómodos con otras modalidades sensoriales de conocimiento que, de partida, suelen rechazar. Por ello, nuestra recomendación es que se realice con él un tratamiento multidisciplinar donde todas estas figuras se apoyen y enriquezcan.
De todas formas, te detallamos algunos consejos que, en general, suelen resultar útiles para facilitar la comunicación con ellos, como por ejemplo:
Estrategias para facilitar la interacción social:
- Imitar al niño con objetos, movimientos del cuerpo y sobretodo con vocalizaciones. No debe realizarse de manera simultánea, sino tomar turnos. El adulto espera la acción del niño y después lo imita.
- Para facilitar el contacto visual, compartir actividades, juegos y canciones y en esos instantes, mover la cara del niño hacia la del adulto, para conseguir un contacto ocular funcional y empatía.
- Jugar a juegos llamados de estructura circular que consisten en repetir diferentes acciones, siempre agradables para el niño, intentando lograr que esas repeticiones sean contingentes. Es decir, conseguir que el niño se espere lo que va a suceder y disfrute. Existen diferentes tipos:
- táctiles (centrados en el propio cuerpo del niño): cosquillas, hormiguitas; auditivos: entonar canciones, chasquidos y ruidos con la boca
- visuales: tapar y destapar nuestra cara con un pañuelo, jugar con papel celofán de diferentes colores delante de los ojos
- con objetos: columpios, tobogán, pelota Bobbath…
- Para transmitir la idea de comunicación debemos ponerle obstáculos a los objetos o actividades que desee el niño, para que tenga la necesidad de recurrir a nosotros y pedir lo que quiere. Por ejemplo, si quiere gusanitos, debemos dejarselos arriba del armario para que recurra a nosotros para conseguirlos.
Estrategias para el lenguaje receptivo:
- Utilizar un lenguaje claro, sencillo y con pocas palabras, apoyado por imágenes u objetos de referencia cuando se considere apropiado. Es muy importante utilizar un apoyo visual ya sea con pictogramas, objetos o imágenes reales.
- Reforzar el nombre de los objetos, alimentos, etc., que le gusten mucho y quiera en un momento determinado. Por ejemplo: cuando estamos a punto de abrir una bolsa de patatas y el niño mira fijamente ya que le gustan mucho, será cuando diremos la palabra “patatas”.
- Utilizar la comunicación no verbal y diferentes entonaciones acordes al mensaje que queremos transmitir.
Cada caso concreto con cada característica concreta va a requerir una pauta y una directrices personlizadas, nuestros consejos son una breve pincelada de cómo podríamos mejorar comunicarnos con un niño que presenta las dificultades que nos cuenta Alicia. Esperamos que te sea de gran ayuda a ti y a todos los padres que se encuentran en esta misma situación.