Sufrir daño cerebral es un duro golpe en la vida de cualquier persona, pero hay algunas situaciones en las que puede ser devastador y, una de ellas, es enfrentarte a un daño cerebral con hijos pequeños.
A partir de aquí surgen muchas preguntas:
¿Cómo le explico a mi hijo que tengo daño cerebral o que el papá o la mamá han sufrido un DCA? ¿Cómo le cuento que ya nada será como antes, al menos al principio? ¿Cómo le hago entender que de momento la mamá o el papá no serán los mismos de siempre? ¿Cómo actuar cuando mi hijo/mis hijos se desborden ¿Podré hacer frente a esta situación? ¿Podré ayudarles a que lo entiendan y lo acepten?…
Por esta situación pasan muchos de los pacientes de nuestros centros y, a veces, no saben cómo actuar. Por ello, hemos decidido escribir este post y ofrecer consejos y maneras de actuar, consiguiendo sobrellevar lo mejor posible esta nueva etapa.
VARIABLES A TENER EN CUENTA
Es importante tener en cuenta determinadas variables que condicionarán la manera de actuar y de aceptar:
– Madurez del niño
No nos referimos a la edad cronológica, sino a conocer en que nivel de maduración se encuentra el niño. Conocer que habilidades tiene el niño para relacionarse con el entorno, con los iguales, capacidades para comunicarse tanto a nivel expresivo como comprensivo, comprensión de la emociones y gestión de éstas, capacidad para adecuarse a los acontecimientos novedosos, grado de confianza y seguridad en ellos mismos y en sus progenitores.
– Hijo único/ Hermanos
Es diferente hacer frente a una situación así con un único hijo o más de uno. Para los niños, el hecho de tener un hermano con quien compartir la nueva situación puede ser de gran ayuda, se apoyarán mutuamente, se mostrarán más confiados y seguros para hacer frente a la nueva etapa.
– Apego con mamá o con papá
Siempre hay mayor apego con un progenitor que con otro, si el afectado es con quien tienen mayor apego es posible que les resulte más complicado aceptar lo sucedido, en caso contrario, puede que sea más sencillo.
– Los niños son únicos
Es IMPORTANTE tener claro que los niños no son iguales aunque tengan la misma edad cronológica, aunque sean hermanos, cada uno tendrá su forma de entender la situación y de afrontarla, tenemos que pensar en ello antes de actuar.
REACCIONES MÁS HABITUALES
De manera resumida, os damos a conocer algunas de las reacciones más habituales de los pequeños, que son sus únicos recursos para comunicar al adulto que lo que ha ocurrido no les gusta y no lo entienden, al menos de momento. Su forma de expresión emocional más rudimentaria.
Algunas de ellas son:
– Enfados sin causa aparente
Puede parecer que el niño está siempre enfadado, llega a pegar al progenitor con el que está, pero no sabe explicar el porqué.
Es una reacción normal, ya que esta expresando a través del enfado que algo no le gusta de la situación que está viviendo o que todavía no ha aceptado. En niños mayores, puede que se muestren distantes y se aislen o que aparezca irritabilidad y nerviosismo.
– Dificultades para conciliar el sueño
En ocasiones, hasta que se consigue aceptar está situación los niños presentan problemas para llegar a dormirse.
En niños pequeños de hasta 6 años es posible que aumenten las demandas de atención y reforzadores que previamente ya se habían conseguido eliminar. En niños más mayores -de 6 a 12 años- es posible que se despierten más frecuentemente, mayor inquietud e incluso aparezcan pesadillas.
– Retroceso en el aprendizaje
Es normal que retrocedan en los aprendizajes ya adquiridos y aparezcan de nuevo escapes (pipi-caca) dificultad en el control de esfínteres, vuelven a pedir el biberón, vuelven a pedir que el adulto les dé la comida.
En niños más mayores pueden volverse más desobedientes y aparecer comportamientos infantiles.
Suponemos que muchas familias verán reflejadas las conductas de sus hijos con las descritas más arriba, ahora podréis entender por qué suceden, es su forma de expresión emocional. No piensan como el adulto.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Para terminar, vamos a ofrecer una serie de consejos prácticos, que serán de gran ayuda cuando hay que informar a los pequeños de lo acontencido y sobrellevar la situación con mayor facilidad:
– No mentir
El que consideramos más importante de todos los consejos es NO MENTIR a los niños sobre lo que haya ocurrido.
Ellos se darán cuenta que algo no funciona, que algo ha cambiado y cuanto antes lo sepan mejor. Es cierto que hay que decirlo con cautela y controlando el lenguaje utilizado. Pero, es importante que sepan lo que ocurre desde el principio.
– Dar la información de forma pausada y sin nervios
Dar la información de manera PAUSADA y SIN NERVIOS, sin detalles, lo necesario para que ellos lo entiendan.
Darles la opción a realizar preguntas y contestarlas. Podemos utilizar alguna analogía para explicarles lo que ha ocurrido o utilizar algún cuento o personaje de dibujos para que nos resulte más sencillo que lo entiendan.
– Normalizar la situación
Hacer ver a los niños que ellos no son los únicos que sufren y que es normal que lloren, griten y estén enfadados, porque el adulto también lo está. Si un niño ve llorar a su papá, entenderá que él también lo puede hacer.
– No modificar mucho sus rutinas
Intentaremos no provocar demasiados cambios en sus rutinas, si no es posible, crear nuevas rutinas y llevarlas a cabo sin continuos cambios.
Que el niño sienta la seguridad de que tendrá un momento para el cuento, para el baño con el progenitor, para la merienda con la abuela, etc.
– Proponer actividades positivas y darles algunas responsabilidades
Proponerles actividades positivas y responsabilidades en algunas tareas, que le permitan sentir que son útiles, que puedan intervenir en actividades que tengan que ver con el cuidado del adulto afectado, controlando muy bien que sean tareas que puedan realizar y que sean positivas para ellos.
– Acompañarles mientras expresan sus emociones
Acompañarle cuando expresa sus emociones (lloros, gritos, necesidad de tirar los juguetes) hacerles entender que estáis con ellos, que sabéis por qué están así y llorar juntos.
En ocasiones, intentamos cambiar el tema o mostrarles algún juguete, poner una película para desviar su atención… En realidad de esta forma no estamos acompañándole con lo que siente y, al final, es perjudicial para ellos.
Cuando de manera espontánea pidan dibujar sobre lo que ha ocurrido, fomentarlo y estar presentes para que vayan integrándolo en su día a día y reforzarlo. Os recomendamos que animéis a que expresen de una manera divertida lo que sienten.
– Explicarles la terapia y la ayuda psicológica como algo importante
Para finalizar, decirles que la terapia y ayuda psicológica en estas situaciones es importante.
Por ello, desde el servicio de daño cerebral de nuestros hospitales VITHAS, estamos a su entera disposición, para ofrecerles esta ayuda tanto a padres como a niños afectados por esta situación. No duden en contactar con nosotros.
Esperamos que este artículo os sirva de ayuda en esos momentos tan difíciles, la aceptación de esta situación es lenta, pero progresiva, lo más importante es armarnos de paciencia y dar lo mejor de nosotros a esos pequeños motores que tenemos en la familia, nuestros hijos.