La comida de hospital debe cumplir una función nutricional y una educacional

Bandeja de comida del Hospital Aguas Vivas

La comida de los hospitales debería cumplir una doble función, nutricional y educativa. Para conseguirlo, según nuestra nutricionista de Vithas IRENEA Aguas Vivas, se debería recordar que la comida es un placer y, como tal, intentar tenerlo siempre presente a la hora de plantear menús para los pacientes.

De esta forma no solo se alcanzaría la finalidad de nutrirles de forma variada, equilibrada y ajustada a sus necesidades, sino también de hacerlo de una forma placentera, con lo que se conseguiría, sin duda, la reeducación no solo del paciente ingresado, sino también del familiar o cuidador que le acompaña.

Desde hace años, en nuestros centros hemos eliminado la palabra prohibido por readaptado, con la finalidad de que, independientemente de las características de nuestros pacientes, coman lo mismo que cualquier persona, pero con una textura que nos garanticen su eficacia y seguridad deglutoria.

Los pacientes con daño neurológico, generalmente se encuentran en riesgo de desnutrición o desnutridos al ingreso hospitalario en nuestro servicio de neurorrehabilitación, por lo que la terapia nutricional oportuna y precoz, es fundamental para una evolución favorable.

Es por ello que todos los pacientes que ingresan en nuestros centros son sometidos tanto a una evaluación nutricional como de la eficacia y seguridad de la deglución, cuya finalidad es diagnosticar su estado nutricional y la presencia de disfagia para establecer un plan terapéutico específico en cada caso, dependiendo de la situación cognitiva, además de adecuarle al máximo la textura de la dieta y la ingesta de líquidos para evitar la broncoaspiración.

Independientemente de sus limitaciones, la persona con daño cerebral puede llegar a comer de todo, aseguran nuestros nutricionistas, solo debemos de tener en cuenta que además de la seguridad deglutoria y la adaptación de la consistencia del menú.

Sin ser por ello menos importante que la comida entre por los ojos, sea agradable a la vista, desprenda el aroma correspondiente a lo que visualizamos y que le resulte apetitoso. Ya que no es lo mismo, poner un plato de espinacas hervidas en gran cantidad que hacerlo, por ejemplo, con porciones más pequeñas introduciéndolas a través de bocaditos de patata y espinacas.

Por ello, el trabajo del nutricionista en los hospitales debe trascender más allá de las funciones que tiene en cualquier otro ámbito de la vida cotidiana ya que, en este caso, su objetivo es conseguir que los pacientes puedan seguir disfrutando, culinariamente hablando y a su vez garantizar que todos los alimentos que les lleguen sean seguros, agradables y nutricionalmente ajustados a sus necesidades, que su recuperación sea temprana dentro de sus limitaciones y que su estancia sea lo más agradable posible.

Post redactado por los nutrionistas de Vithas IRENEA Aguas Vivas.

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