El holandés Bernard Abeling (Amsterdam, 1953), afincado desde hace años en el pequeño pueblo de Llíber (Alicante), tuvo primero que soportar el cierre de su inmobiliaria a causa de la crisis y, acto seguido, sufrir un grave ictus en 2007. Desde que entró por primera vez en camilla en el Hospital Vithas VITHAS Aguas Vivas, su mejoría ha sido “enorme”, no solo por la terapia que recibió, sino porque también reanudó su pasión por la pintura, con el inconveniente de que él era zurdo y, debido a la parálisis de su brazo izquierdo, empezó a sujetar el pincel con la mano derecha, ofreciendo varias exposiciones tras su accidente cerebral. “El Hospital Vithas VITHAS Aguas Vivas me ha salvado la vida”, afirma. Vamos a conocer su historia.
La vida tras el ictus: Bernard Abeling
¿Cuándo empezaste a sentir tu pasión por la pintura? ¿Qué te gustaba más en los estilos que has conocido?
Antes de tener el ictus en el año 2007 ya estaba pintando siguiendo un curso de una pintora que era muy buena, Gertrud Froilan, y que me daba clases en el pueblo de Xaló, aunque lo dejé por falta de tiempo. En aquellos años, tenía una agencia inmobiliaria. Después de terminar la rehabilitación, conocí a una pintora, Teresa Ruiz de Lobera, cuyo estilo me gusta. Ella me ha enseñado a pintar libremente, y ahora mi estilo es más parecido al expresionismo.
¿Por qué te marchaste de Amsterdam para establecerte en Llíber, un pequeño pueblo de la comarca de la Marina Alta?
Me fui de Amsterdam en 1986, porque entonces estaba en el paro, sin muchas expectativas de encontrar trabajo. Ya había estado en la zona de Xaló, durante mis vacaciones. Siempre me gustó por ser una zona verde, cerca de las montañas y la costa.
¿Qué tipo de trabajo hacías antes de que te pasara el accidente cerebral? ¿Estudiaste alguna carrera o formación relacionada con el arte o no tenía nada que ver con tu anterior ocupación? ¿Tenías aficiones, aparte de la pintura?
Cuando tuve el accidente cerebral ya había cerrado mi oficina de inmobiliaria por la crisis. No tengo ninguna formación relacionada con el arte, aparte de unos cursillos con muy buenas pintoras. Mis aficiones antes del ictus eran el huerto, pasear con la moto con amigos y montar a caballo.
¿Cuándo sufriste el ictus? ¿Qué estabas haciendo? ¿Estuviste consciente en todo momento?
Tuve el ictus en octubre de 2007. Estaba subido a una escalera de mano colocando una persiana en casa. De pronto, me mareé y caí junto a la escalera, me golpeé la cabeza con un canto de hormigón y perdí la conciencia.
¿Qué pasó después?
Me ingresaron primero en el Hospital de Dénia y luego en La Fe, en Valencia, y estuve tres días en coma. Cuando me desperté, vi a mi mujer, Pilar, al otro lado de un cristal. No sabía lo que me había sucedido y no entendía por qué Pilar no venía para estar conmigo, ni por qué estaba en un hospital.
“Gracias a los terapeutas soy casi independiente”
¿Conocías el Hospital Vithas VITHAS Aguas Vivas? ¿Qué tiene de especial este centro destinado a pacientes de daño cerebral multidisciplinar?
No, no lo conocía, hasta que unos meses después nos lo mencionaron en La Fe. El Hospital Vithas VITHAS Aguas Vivas ha salvado mi vida. En La Fe no tenían facilidades de rehabilitación, salvo un fisioterapeuta que venía unas horas por semana. En el Hospital Vithas VITHAS Aguas Vivas tenía mi propia habitación, donde mi mujer también podía dormir a mi lado. Asistía a muchas sesiones de terapia por la mañana y por la tarde. Hasta tiene piscina propia. Todo el personal posee experiencia con este tipo de lesiones. Hay fisioterapeutas, psicólogos, neurólogos y terapeutas ocupacionales. Gracias a ellos, soy casi independiente, aunque me gusta cuando mi mujer me ayuda en alguna cosita.
Cuando iniciaste tu rehabilitación, ¿eras consciente de tu situación real?
Sí, cuando empecé con la rehabilitación en el Hospital Vithas VITHAS Aguas Vivas sabía que estaba muy mal. Al mismo tiempo, fui consciente de la suerte que tuve por haber podido entrar en este hospital.
¿Qué sesiones programaron los terapeutas para tu recuperación?
Tenía fisioterapia, terapia cognitiva, ocupacional, un poco de logopedia al inicio y sesiones con la psicóloga.
El apoyo de la familia y trabajo de los terapeutas
Supongo que fue vital el apoyo de tu familia, tu pareja o tus amigos de cara a tu rehabilitación.
El apoyo de mi mujer ha sido importantísimo. Ella ha luchado mucho por mí. Por insistir tanto, consiguió poder ingresarme en el Hospital Vithas VITHAS Aguas Vivas. Por otra parte, mis recuerdos pasan por el ambiente muy positivo y alegre cuando estuve en este Servicio de Daño Cerebral. Con todos los problemas que tenía todo el mundo, hacíamos bromas. Por ejemplo, cuando habían varias mujeres con sus parejas en silla de ruedas encima de una cuesta, decían: “¿Los soltamos, a ver quién llega primero?”. Otra anécdota que recuerdo era una mujer que solo podía decir “qué de qué”, y de repente soltaba: “¡Ka de ka!”. Y nosotros bromeábamos diciendo, “¡mira, habla idiomas!”. Creo que el ambiente positivo, la esperanza de mejorar y el buen humor nos ha ayudado mucho.
¿Te ayudaron a superar tus barreras los profesionales del Hospital Virthas Aguas Vivas?
Los terapeutas han conseguido que pueda andar y vestirme solo. ¡Nunca olvidaré que entré en el hospital en camilla y un año después salí andando! La mejora ha sido enorme. Tenía la pierna y el brazo izquierdo completamente paralizados. Ahora puedo andar y usar mi brazo izquierdo para algunas cosas.
Es decir, que notaste mejoría desde que entraste al Servicio de Daño Cerebral. ¿Qué secuelas tienes en la actualidad?
Todavía tengo poca movilidad en mi brazo izquierdo. Ando, pero con un gran esfuerzo y de mala manera. Me enfado fácilmente muchas veces con Pilar, la pobre.
Consejo a otros pacientes de ictus
¿Qué les dirías a los pacientes que están en pleno proceso rehabilitador?
A los pacientes les diría que están en manos de muy buenos profesionales, con un ambiente agradable donde tienen muchas posibilidades de mejorar, pero han de hacer un gran esfuerzo e insistir una y otra vez con esa pierna, brazo o cabeza y no rendirse nunca, porque tienen una oportunidad única. ¡Tu felicidad depende de ti!
¿Cuándo te dieron el alta definitiva? ¿Continúas en contacto con tus compañeros ex pacientes y terapeutas?
Me dieron el alta definitiva en febrero de 2010, y sí, tengo contacto con algunos ex pacientes y rehabilitadores.
¿Cuándo empezaste de nuevo a pintar? ¿Era muy complicado reanudar otra vez esta actividad en tu estado?
Volví a pintar en 2009. Soy zurdo, así que tenía que empezar de nuevo con mi mano derecha. Creo que me ha ayudado a ser más libre en mi forma de pintar. Ya no intento hacer dibujos exactos. Pongo los colores y figuras que me salen del corazón.
El arte en el proceso de rehabilitación
¿Has realizado cursos relacionados con el arte?
Como ya he mencionado, he hecho varios cursos y todavía tengo contacto con la escuela de pintura experimental de Josep Ginestar, en Gata de Gorgos: un gran maestro y conocedor del arte en general.
Supongo que fue muy emocionante cuando tuviste la oportunidad de exponer otra vez tus cuadros tras el ictus.
La primera exposición fue muy emocionante, pero estaba tan nervioso que por puro estrés tuve problemas digestivos que me llevaron de nuevo al hospital. Con las otras exposiciones ya no me pasó esto. Aún así, ya no quiero exponer más en galerías. Lo haré por internet y bastante me costará.
¿Dónde has exhibido tus pinturas?
He tenido exposiciones en Gata de Gorgos, Xaló y Pedreguer, y pronto en el mundo de Facebook que, aunque también supondrá mucho trabajo, creo que es más tranquilo.
¿Has descubierto alguna afición nueva y desconocida antes de tu daño cerebral, o te apetecería probar algún proyecto ilusionante?
Después de la rehabilitación mi sueño y reto era volver a montar a caballo, y lo he hecho. Con todas las dificultades de subir y coger las riendas con una sola mano y mantener mi pie izquierdo en el estribo. He llegado hasta ir al trote. Ahora mi pintura y el huerto ocupan todo mi tiempo.
¿Y qué conclusiones sacas después de todo esto?
Mi actitud hacia la vida ha cambiado. Intento disfrutar de todos los pequeños placeres de la vida; ver cómo crecen las flores, mis paseos con los perros y, sobre todo, la compañía de mi mujer, Pilar, quien siempre me ha apoyado y quien tanto ha luchado por mí.