Recuperación de Mª Luz tras sufrir un accidente de tráfico


Creemos que una de las mejores formas de ayudar a otros pacientes con daño cerebral y a sus familiares es compartiendo con vosotros experiencias en primera persona. Por eso hoy Mª Luz ha querido escribir este post, en el que os cuenta lo que ha sido su vida desde hace dos años que sufrió un accidente de tráfico. Sobre todo en estas fechas de verano en las que el coche se utiliza más para largos desplazamientos.

Hace algo más de dos años, cambio mi vida y la de mi familia. Era una persona muy activa, trabajaba, estudiaba, me ocupaba de mi casa y de mi familia, siendo ellos ahora los que se ocupan de mí.

Sufrí un accidente de tráfico que me produjo un grave traumatismo craneoencefálico. Estuve en coma durante un mes con presión intracraneal tan alta que el servicio médico informaba a mi familia que era muy difícil mi supervivencia, y si lo hacía podría tener graves secuelas físicas y neurológicas. Pero por suerte fui mejorando, recuperé la conciencia, tenia dificultades de movimiento en pierna y brazo, perdida parcial de memoria, dificultades para controlar las necesidades fisiológicas y comportamientos anormales.

Mi actitud era como la de un niño que había que enseñarle y educarle, por lo que me trasladaron al Hospital Valencia al Mar, porque mi familia tenía buenas referencias sobre sus cuidados en neurología.

De mis inicios en el hospital, recuerdo pocas cosas, pero sí que sentía mucha rabia y mucho dolor. Tuvieron que enseñarme de todo:

– Cumplir horarios de comida y sueño
– Atender a mi aseo personal
– Aprender a controlar mi carácter, ser más permisiva y tolerante con los demás
– Trabajar para activar memoria y recuerdos, en definitiva, tomar conciencia de mi enfermedad para esforzarme en mejorar un poco cada día

Esto ha sido una labor conjunta de mi familia, amigos y terapeutas del hospital. Todos me han dado apoyo incondicional, cariño y atención permanente.

Agradezco infinitamente a TODO el personal del hospital, su dedicación, esfuerzo conmigo y con cada uno de sus pacientes. Con las actividades y trabajos que nos organizan, hacen que perdamos nuestros miedos, nos sintamos a gusto formando parte de un grupo, recuperemos, en lo posible, las carencias físicas y mentales, provocadas por la enfermedad y, lo que para mí es muy importante, recuperando poco a poco la confianza en uno mismo.

MUCHAS GRACIAS a terapeutas y pacientes compañeros.

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