Hoy en día, todos los equipos profesionales que ofrecen un tratamiento multidisciplinar a personas con daño cerebral suelen tener a su alcance un amplio abanico de recursos, medios y técnicas para enfocar la rehabilitación del paciente, pero son pocos los que pueden ofrecerle una terapia en medio acuático, la cual aporta grandes beneficios al paciente en su rehabilitación.
Por ello, os queremos explicar cómo puede beneficiarse del trabajo en piscina una persona con daño cerebral.
El paciente al introducirse en el agua experimenta una serie de sensaciones sólo alcanzables en este medio.
En primer lugar, la temperatura del agua en la que se trabaja (entre 32-35ºC) le aporta una sensación de bienestar induciendo al paciente hacia la relajación. Esta temperatura facilita la disminución del tono muscular en los casos de hipertonía como la espasticidad. Esto permite al fisioterapeuta una mejor movilización de las articulaciones y un estiramiento más eficaz de la musculatura.
Otra sensación que aporta grandes beneficios en este medio es la desgravitación. Cuando trabajamos fuera del agua nuestro cuerpo está sometido a la fuerza de la gravedad obligando a nuestras articulaciones y musculatura a sostener el peso del cuerpo, dificultando en ocasiones ciertos movimientos necesarios para la rehabilitación. El trabajo en agua disminuye nuestro peso corporal facilitando la movilidad del paciente, ya sea en actividades sencillas como el movimiento de una articulación o en algunas más complejas como la marcha: personas que no pudiendo caminar fuera del agua lo consiguen dentro gracias a la desgravitación, esto favorece enormemente la evolución del paciente en su rehabilitación
El tratamiento en camilla o en suelo nos limita las posiciones con las que podemos trabajar con el paciente. El agua a pesar de sus limitaciones nos permite trabajar en muchas más posiciones y sobre todo a ir cambiando entre ellas con una mayor fluidez, lo que nos aporta un ritmo de movimiento que mejora la calidad de tratamiento ofreciendo al paciente una sensación de desplazamiento más equilibrado y armónico.
Entre otras muchas sensaciones que el paciente con daño cerebral percibe dentro del agua podríamos destacar la flotación, que nos permite favorecer un movimiento concreto o crear una resistencia al mismo, en función de los objetivos que se plantee el fisioterapeuta.
El trabajo dentro del agua se realiza a través de técnicas especializadas creando así un tratamiento personalizado para cada paciente y en constante proceso de cambio en función de la evolución de la persona.
Todos los beneficios y sensaciones que nos aporta el trabajo en piscina nos hacen inclinarnos hacia su utilización. Si a esto le añadimos todas las posibilidades de ocio y creatividad para presentar el tratamiento de forma más lúdica lo convierten en la receta perfecta para complementar la rehabilitación del paciente con daño cerebral.
Aunque en otro momento hablaremos de las técnicas que se pueden realizar con pacientes con daño cerebral en piscina, mientras si tienes alguna consulta sobre este tipo de tratamiento, no dudes en ponerte en contacto con nuestro centro de Vithas Aguas Vivas.