En esta ocasión hemos considerado oportuno exponer un caso real para compartir con vosotros de cuán curioso e inexplorado es el campo del lenguaje humano y cuántas cosas nos quedan por descubrir acerca de la organización y el funcionamiento cerebral.
Y nos gustaría contar qué ocurre cuando una persona zurda con los centros psicolingüísticos en el hemisferio derecho sufre un accidente cerebro-vascular en la arteria cerebral media izquierda.
Empezaremos explicando que la función del lenguaje está íntimamente relacionada con el concepto de dominancia hemisférica.
Según la mayoría de los estudios, del 96 al 99 por ciento de las personas diestras y hasta un 70 % de los zurdos tienen principalmente localizados los centros psicolingüísticos en el hemisferio izquierdo.
Aunque, existen también sujetos diestros que pueden presentar afasia por lesión de hemisferio derecho (afasia cruzada (un uno por ciento de casos).
Del resto de los zurdos (30 %) aproximadamente la mitad presentan una dominancia cerebral lingüística mixta o inconsistente y la otra mitad tienen como hemisferio dominante el derecho.
Esto explica porqué un gran número de zurdos aún padeciendo un ictus en el hemisferio izquierdo tiene mejor pronóstico y síntomas más leves en cuanto a dificultades del lenguaje se refiere.
El hemisferio derecho, aunque se relacione normalmente con funciones más artísticas, sentimentales, musicales etc., (es el centro de las facultades viso-espaciales no verbales, está especializado en sensaciones, prosodia y habilidades visuales y sonoras; además de receptor e identificador de la orientación espacial y responsable de nuestra percepción del mundo en términos de color, forma y lugar) tiene un rol muy importante en varias conductas relacionadas con el lenguaje y por tanto, al lesionarse se generan también déficits en la comunicación.
EL CASO REAL DE UN PACIENTE CON ACCIDENTE CEREBROVASCULAR EN LA ARTERIA CEREBRAL MEDIA IZQUIERDA
Tras esta pequeña introducción, y como ya hemos dicho anteriormente, nos gustaría contar qué ocurre cuando una persona zurda con los centros psicolingüísticos en el hemisferio derecho sufre un accidente cerebro-vascular en la arteria cerebral media izquierda:
Hace aproximadamente medio año llegó a uno de nuestros centros de daño cerebral el informe de la autorización para la valoración y el tratamiento de una paciente con un accidente cerebro-vascular en la arteria cerebral media izquierda (como hemos explicado un par de líneas arriba) y, tras una primera lectura de éste, predecimos la necesidad de incluirla en varias sesiones semanales de logopedia por la certeza de que presentaría síntomas de algún tipo de trastorno afásico.
La extrañeza de este caso nos sobrevino al escuchar hablar perfectamente a la paciente y comprobar que su lenguaje no estaba dañado en absoluto. La comprensión auditiva era normal, el lenguaje automático se encontraba intacto, la repetición de palabras y frases estaba preservada, la lecto-escritura en perfecto estado y la denominación y evocación de palabras era correcta.
En todos los años de experiencia laboral en el campo del daño cerebral, nunca en el área de logopedia nos habíamos cruzado con una sintomatología de esta índole. Sin embargo, eran muy visibles en nuestra paciente otro tipo de alteraciones lingüísticas:
- Híper-prosodia muy marcada
- Alteraciones melódicas (habla acompañada continua e inevitablemente por una entonación similar a la que emplearíamos si quisiésemos hablar a través del canto)
- Mal control de las pausas necesarias para comprobar si el oyente se mostraba confuso o estaba siguiendo adecuadamente su exposición oral
- Organización y coherencia del discurso adecuadas aunque con tendencia hacia la verborrea, vagabundeando por diversos temas con excesivo detalle
- Leve componente disártrico-espástico (dificultad articulatoria) que no afectaba a la inteligibilidad funcional
- Tasa de habla enlentecida
- Calidad vocal áspera pero a la vez llamativamente infantilizada
Las alteraciones encontradas en nuestra paciente se asemejan a algunas dificultades que están relacionadas con lesiones del hemisferio derecho. Estos déficits afectan a la capacidad para comunicarse, sin que existan como condición sine qua non dificultades específicas a nivel psicolingüístico.
La razón del título de este post tiene su origen en la necesidad de transmitir que:
Dos pacientes aún con la misma topografía lesional pueden ofrecernos una sintomatología cuanto menos variada y por ende, una adherencia y respuesta al tratamiento totalmente dispar como vemos, únicamente por ser diferentes con relación a la dominancia manual.
Por esta razón, es necesario estudiar cada caso clínico como único y plantear objetivos que se adecúen, no tanto a una tipología determinada de trastorno como a los déficits específicos que el traumatismo craneoencefálico o el accidente cerebro-vascular haya ocasionado de forma personal e intransferible en cada paciente.
Para cualquier duda, contacta con cualquier de nuestros centros de daño cerebral para aclararla.