Desde que conoces la realidad del Daño Cerebral y a las personas que lo padecen por haber sufrido un Ictus o un Traumatismo Craneoencefálico, observas que la capacidad de planificación puede verse deteriorada o mermada. Tras pararnos a pensar, nos damos cuenta que en el día a día se está continuamente planificando, cualquier actividad y, por sencilla que parezca, requiere una previa planificación para llevarla a cabo de forma eficiente, es decir, realizarla correctamente invirtiendo el menor tiempo posible.
A continuación, os relatamos una historia que puede reflejar la vida de cualquier persona, que cada día planifica sin cesar y casi sin ser consciente:
Paloma antes de irse a dormir consultaba su agenda para organizarse la jornada, con todas las citas y tareas que debía realizar. A las 8:00 debía estar en el ambulatorio para hacerse un análisis de sangre, así que pondría el despertador una hora antes de lo habitual.
Al levantarse por la mañana, pensaba en todo lo que tenía que hacer antes de salir de casa: como tenía que ir en ayunas, debía coger las pastillas que toma en el desayuno y meterlas en su bolso para tomarlas más tarde en la cafetería de su lugar de trabajo; tendría que avisar a su jefe que se retrasaría ligeramente; dejaría en la puerta de casa la basura de papel y vidrio con la intención de tirarla en sus respectivos contenedores que había de camino al trabajo; antes de salir de casa, sacaría unos filetes del congelador para que cuando llegara a medio día estuvieran listos para cocinarlos; pondría la lavadora con la ropa deportiva que necesitaría por la tarde para ir al gimnasio, calculando a qué hora llegaría a casa para programar el lavado y secado y tener todo listo a tiempo; dejaría preparada la bolsa de deporte con la toalla, las chanclas, el gel y la ropa, para ducharse y cambiarse en el gimnasio. También antes de salir de casa haría una lista con todo lo que compraría en el supermercado después de trabajar, incluyendo una tarta helada y unas velas, ya que al día siguiente era el cumpleaños de su marido; cogería para dejar en el maletero de su coche las bolsas para meter la compra, así como unos cheques descuento que le rebajarían el importe de la cuenta.
Ya en el supermercado, y antes iniciar la compra, habría planificado recorrer los distintos pasillos con cierto orden perdiendo el mínimo tiempo posible sin pasar una y otra vez por las mismas zonas; habría ido metiendo en el carro primero lo que más pesara con el fin de no chafar lo demás y dejar lo helado para el final para que no se derritiera…
Y así y así, un sinfín de actividades que como Paloma, también cada uno, organizamos por pasos en nuestro cerebro rápidamente, sin advertir casi que lo hacemos, pero así es, siempre planificando, por eso, ¿qué sucede cuando una persona que sufre Daño Cerebral presenta alterada esta capacidad? En ocasiones, existe dificultad para dar el primer paso, ¿por dónde empezar? Se agolpan los distintos pasos en su mente sin un orden establecido, se inicia la actividad sin la necesaria reflexión y análisis, sin prever las consecuencias, lo cual suele provocar tener que volver atrás. En ocasiones, las tareas pueden completarse pero no siempre de manera correcta y en numerosas ocasiones empleando un tiempo extra.
Por eso, es importante saber cómo actuar cuando esta capacidad se ve afectada:
- Ser conscientes de ello, es fundamental para enfrentarnos al día a día con las herramientas y ayudas necesarias, para conseguir las metas que cada uno se proponga.
- Dividir la tarea en pasos y dedicarle tiempo a la selección y organización de los mismos.
- Practicar con perseverancia éste ejercicio, ya que la realización reiterada de ciertas actividades educa y enseña a nuestro cerebro cuál es la vía adecuada de actuación.
- Aprender de los errores, evaluar si los resultados han sido o no los esperados e intentar efectuar los cambios necesarios.
- Y más importante: no perder la esperanza, no caer en el desánimo.
Porque todo puede mejorar, apoyándose en las personas que pueden y quieren ayudar. Apoyarse en otro no es debilidad, es valentía, es confianza. Eso quiere el Instituto de Rehabilitación Neurológica de Hospitales VITHAS, ser el apoyo que a veces hace falta.