Cada año mueren en España por ahogamiento en torno a 400 personas, cifra que supera en algunas comunidades a los fallecidos por accidente de tráfico, sobre todo en el caso de menores.
A estas cifras elevadísimas de víctimas, hay que añadir el número de personas que logra sobrevivir al ahogamiento y son hospitalizados con daño cerebral. La gravedad de las lesiones provocadas dependerá del tiempo que el cerebro permanezca privado de oxígeno y de que la reducción del flujo sea total o parcial. En general, los síntomas secundarios a una lesión causada por falta de oxígeno son alteraciones del nivel de conciencia, alteraciones en las funciones cognitivas y en la movilidad. En este sentido, una prevención terciaria es fundamental dirigida al tratamiento y a la rehabilitación de los déficit que se hayan podido producir, con el objeto de mejorar al máximo la calidad de vida de los afectados”.
Las estadísticas dicen que las lesiones cerebrales en la infancia se triplican durante el periodo estival, siendo los ahogamientos una de las principales causas. El exceso de confianza y las imprudencias, son dos de los principales factores de riesgo a evitar. Por eso, los profesionales de Hospitales VITHAS apuntan que la clave está en la prevención ya que, en el caso de los niños, son solo necesarios 20 cm de agua y menos de 3 minutos para que suceda una tragedia de esta índole.
Para concienciar a padres y cuidadores, el Instituto de Rehabilitación Neurológica de Hospitales VITHAS recomienda la siguientes medidas de prevención:
- Extremar la vigilancia en los niños en todo momento cuando estén en el agua o jugando cerca de ella, incluso aunque lleven flotadores o manguitos, y no delegar esta responsabilidad en un niño, aunque sea más mayor.
- Explicarles a los niños las normas de seguridad. No se trata de asustarlos sino de concienciarlos y promover su prudencia.
- Asegurarse de que la piscina cuenta con las medidas de seguridad adecuadas como socorrista o cercado perimetral para que los hijos pequeños no puedan acceder libremente.
- Bañarse en aguas habilitadas para el baño y vigiladas. Respetar las normas de seguridad de piscinas y atracciones acuáticas y el significado de las banderas en la playa. Así como seguir las indicaciones de los socorristas.
- Prevenir el corte de digestión. No entrar bruscamente en el agua, sobre todo después de haber tomado el sol o de haber comido.
- Salir del agua si se advierte algún síntoma extraño:escalofríos o tiritar de forma persistente, fatiga, dolor de cabeza o en la zona de la nuca, picores, mareos, vértigos o calambres. No esperar y salir inmediatamente del agua.
- Tener cuidado con los resbalones en bordes de las piscinas y las zonas mojadas.
- No consumir alcohol antes del baño disminuyendo la capacidad de reacción ante un peligro y no propiciar conductas que puedan poner en riesgo nuestra salud.
- Tener mucho cuidado con las zambullidas.No te tirarse de cabeza en lugares de fondo desconocido, ya que puede producir una lesión (con riesgo de parálisis). Las zambullidas en el agua son la causa del 6% de las lesiones medulares en España.
Y tener especial cuidado con los toboganes y trampolines. - Por último recordar siempre una rápida actuación deprimeros auxilios para realizar la reanimación cardiopulmonar puede ser clave para salvar una vida. Pide auxilio a los socorristas, a otros bañistas en su ausencia y al 112 en casos de gravedad.
Para cualquier consulta, no dudes en contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.
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