Cada año mueren en España por ahogamiento en torno a 400 personas. Esta cifra supera en algunas comunidades a los fallecidos por accidente de tráfico, sobre todo en el caso de menores.
Pero además, a este número elevado de víctimas, hay que añadir el de personas que logra sobrevivir al ahogamiento y son hospitalizados con daño cerebral. La gravedad de las lesiones provocadas dependerá del tiempo que el cerebro permanezca privado de oxígeno y de que la reducción del flujo sea total o parcial. En general, los síntomas secundarios a una lesión causada por falta de oxígeno son alteraciones del nivel de conciencia, alteraciones en las funciones cognitivas y en la movilidad. En este sentido, una prevención terciaria es fundamental dirigida al tratamiento y a la rehabilitación de los déficit que se hayan podido producir, con el objeto de mejorar al máximo la calidad de vida de los afectados”.
Prevención de ahogamientos en la infancia
Si focalizamos el dato en los más pequeños el Instituto Nacional de Estadística (INE), indica que durante 2017 fallecieron 36 niños por esta causa. Muchos de estos ahogamientos se produjeron en piscinas privadas y gran parte de los mismos se refieren a niños menores de 5 años. A esta dramática estadística hay que añadir los menores que sufren secuelas neurológicas, fracturas graves y otras patologías derivadas de accidentes en el agua. Los profesionales de Vithas IRENEA apuntan que la clave está en la prevención ya que, en el caso de los niños, son solo necesarios 20 cm de agua y menos de 3 minutos para que suceda una tragedia de esta índole.
Por todo ello, los servicios de pediatría de los Hospitales Vithas han elaborado sendos decálogos de recomendaciones de fácil cumplimiento que pueden ayudar a padres y cuidadores a evitar más muertes infantiles por esta causa. Muchas de estas recomendaciones son extensibles a las personas adultas, especialmente de edad avanzada, colectivo que concentra el mayor número de ahogamientos.
10 Medidas de prevención de ahogamiento en piscinas
1. Vigilancia continua: no existe sustituto de la vigilancia de un adulto. Quien acompañe al niño debe estar permanentemente vigilando y si se ausenta debe nombrar un sustituto. Es primordial no perder de vista a los pequeños cuando se bañan o están cerca del agua.
2. Norma 10” 20”: el adulto debe mirar al niño cada 10 segundos y debe permanecer a una distancia tal que le permita llegar en 20 segundos.
3. Detectar riesgos: comprobar si existe algún modo de que el niño muy pequeño llegue a la piscina y de qué manera lo haría, para evitarlo.
4. Protección: incorporar dispositivos de seguridad que impidan que el niño llegue al agua en un descuido.
5. Aprendizaje: antes del verano y desde bastante pequeños deberían aprender a flotar primero y nadar después. Este aprendizaje no exime en ningún caso de la vigilancia.
6. Dispositivo de rescate: tener a mano salvavidas, pértiga y teléfono para contactar con emergencias.
7. Orden: mantener alejados de la piscina juguetes u objetos que llamen la atención del niño y al sentirse atraído por ellos le hagan acercarse al agua.
8. Drenajes: asegúrate de que los sistemas de drenaje están apagados y los niños están lejos de los mismos.
9. Seguridad: tener vallas, cobertores de invierno, alarmas perimetrales o de inmersión, elementos de flotación adaptados a cada niño.
10. Emergencias: aprende la secuencia de reanimación cardiopulmonar (RCP) y el teléfono de emergencias (112).
Medidas de prevención de ahogamiento en playas, ríos, pantanos o similares
1. Siempre acompañados: nunca dejes a los niños ir solos a la playa. Ellos no tienen la misma percepción del peligro que nosotros y pueden menospreciarlo.
2. Mejor con socorrista: elige playas con servicio de socorrista. Respeta y sigue sus indicaciones.
3. Chaleco: mejor saber nadar, pero si no es así, en el mar, mejor chaleco que flotador o manguitos.
4. Evitar saltos: enséñales que no deben saltar desde las rocas o cualquier tipo de plataforma en altura, el peligro que ello supone y las consecuencias desastrosas que puede acarrear. Predica con el ejemplo.
5. Desconfía de los inflables: las colchonetas, flotadores, etc. dan falsa sensación de seguridad.
6. Después de comer: deben entrar despacio en el agua ya que existe el riesgo de hidrocución ante cambios bruscos de temperatura.
7. Vigila constantemente: en la playa hay mucha gente. No los dejes solos ni un minuto.
8. Confía en el socorrista: si hay que hacer un rescate, sigue siempre sus instrucciones.
9. La RCP salva vidas: aprende la secuencia de reanimación cardiopulmonar (RCP) y el teléfono de emergencias (112).
10. Protégele del sol: Aplica crema solar SPF50 con frecuencia, gorro, gafas de sol, ropa ligera, protector labial con filtro solar. Los golpes de calor pueden ser fatales en el agua.
Para cualquier consulta, no dudes en contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.