Como ya sabemos, cada región cerebral es importante para la realización de nuestras actividades cotidianas, pero ¿quien manda en nuestro cerebro?
Las funciones ejecutivas son las funciones más complejas y evolucionadas del ser humano. Constituyen la máxima expresión del desarrollo cerebral, siendo las responsables del control último de la cognición, la conducta y la actividad emocional.
Utilizando un símil, podríamos decir que son el cerebro del cerebro o en palabras del neurocientífico Goldberg (2004), el director de la orquesta que dirige y supervisa al resto del cerebro.
Las funciones ejecutivas se encuentran ubicadas en el cortex prefrontal. Esta parte del cerebro es la qué más nos diferencia del resto de seres vivos y mejor refleja nuestra especificidad.
Cuando se produce una lesión cerebral podemos encontrarnos con un déficit ejecutivo, que se traduce en alteraciones para resolver situaciones complejas o novedosas. Ya que, encontraremos dificultades para transformar nuestros pensamientos en decisiones, planes y acciones.
¿Cuáles son los procesos implicados en las funciones ejecutivas?
– Planificación y secuenciación:
Es la capacidad que tenemos para identificar y organizar una secuencia de eventos con el fin de lograr lo que nos habíamos propuesto.
– Flexibilidad cognitiva:
Es la habilidad que tenemos para hacer transiciones y tolerar cambios. La flexibilidad para resolver problemas y pasar el foco atencional de un tema a otro cuando lo requerimos.
– Memoria de trabajo:
Es un sistema que mantiene y manipula la información de manera temporal, por lo que interviene en importantes procesos, como la lectura, el razonamiento, etc.
– Velocidad de procesamiento:
Capacidad que establece la relación entre ejecución cognitiva y el tiempo que tardamos en realizarla.
– Inhibición:
Es la habilidad para resistir a los impulsos y detener una conducta en el momento apropiado.
– Ejecución dual:
Es la capacidad que tenemos de trabajar con varios procesos mentales a la vez.
– Toma de decisiones:
La capacidad de tomar decisiones se manifiesta entre los 6 y los 12 años de edad y va mejorando hacia la adolescencia (13-15 años). Pero es entre los 21 años cuando termina de madurar.
– Cognición social:
Es la capacidad con la que podemos imaginarnos lo que piensa o siente otra persona.
Las funciones ejecutivas son este conjunto de habilidades, cuyo trabajo común es generar y regular la ejecución efectiva y el reajuste de conductas dirigidas a objetivos.
Finalmente es importante destacar que son muy numerosas las patologías neurológicas y los trastornos mentales en los que se puede encontrar alteraciones en alguno o en todos estos componentes del funcionamiento ejecutivo.
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Bibliografia
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Tirapu-Ustárroz J, Muñoz-Céspedes JM. Memoria y funciones ejecutivas. Rev Neurol 2005; 41: 475-84