El atragantamiento es la tercera causa de muerte no natural en España. Y, aunque el número de fallecimientos por esta causa, descendió de 2019 a 2020, cada día, en nuestro país, fallecen más de ocho personas al atragantarse con un alimento.
Comer uvas es la tercera causa de muerte en asfixia en menores de 5 años, por su consistencia y fisionomía. Esta forma y textura no solo es perjudicial para los niños, sino que debemos tener un especial cuidado a la hora de proporcionarla a personas mayores de 65 con problemas de deglución e incluso no descuidarnos el resto de los adultos mientras celebramos el fin de año.
¿Cómo evitar el atragantamiento?
Para evitar el atragantamiento lo más importante es la prevención y, para ello, ser conscientes durante estas fechas del riesgo que puede entrañar este fruto. Por lo que recomendamos:
- que las uvas sean de un tamaño pequeño o partirlas en dos,
- que evitemos en lo posible reírnos mientras se están comiendo, durante las campanadas, y
- que se ingieran de una en una, evitando acumularlas en la cavidad bucal, lo que podría favorecer este fatídico accidente
Por otro lado, en el caso de que se produzca, en muchas ocasiones se soluciona gracias a la propia tos que produce nuestro cuerpo en forma de defensa. Y, si esto no sucede y la situación se complica, es primordial aplicar la maniobra de Heimlich y llamar a urgencias.
Recordad que cuando una persona se está ahogando el tiempo juega un papel clave y la falta de suministro de oxígeno al cerebro durante más de 5 minutos puede provocar daños cerebrales irreversibles.Y, si el tiempo supera los 10 minutos, existe un alto riesgo de sufrir muerte cerebral.
Por ello, es importante que seamos conocedores de las maniobras que se deben desarrollar ante una situación así, pero sin que ello sustituya la actuación de profesionales sanitarios, ya que esto puede no solo salvar una vida, sino también evitarle daños cerebrales.
Tratamiento de la anoxia
Si se produce, por atragantamiento, una disminución del aporte de oxígeno al cerebro, entre los daños cerebrales más frecuentes estarían las crisis epilépticas, los trastornos del movimiento, sensitivo-motores, visuales y a nivel de la conciencia y los problemas cognitivos.
Para su rehabilitación, en nuestros centros realizamos una valoración exhaustiva para determinar los aspectos más afectados por la anoxia, la situación funcional y el impacto de la alteración cerebral, a través de escalas clínicas y de las exploraciones complementarias que se consideren pertinentes.
Con todo ello, diseñamos un plan personalizado de rehabilitación multidisciplinar, con el que optimizar las posibilidades de recuperación del paciente. Plan que incluye medidas físicas, protocolos farmacológicos, técnicas de estimulación cerebral no invasiva, sistemas robóticos y otras herramientas tecnológicas, que, por nuestra experiencia, sabemos que son útiles para este tipo de rehabilitación. Sin olvidar que, durante todo el proceso, proporcionamos siempre la información y el acompañamiento que los familiares necesiten.