La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2006) proclama “la Salud Sexual como un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad”. Es decir, no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos en su plenitud. Estos derechos sexuales se definen como:
– Derecho a la libertad sexual
– Derecho a la autonomía sexual, integridad y seguridad sexual del cuerpo
– Derecho a la privacidad sexual
– Derecho a la equidad sexual
– Derecho al placer sexual
– Derecho a la expresión sexual emocional
– Derecho a la libre asociación sexual
– Derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables
– Derecho a la información básica en el conocimiento científico
– Derecho a la educación sexual integral
– Derecho al cuidado de la salud sexual
La sexualidad es, por tanto, una parte integral de la persona durante su vida, desde el nacimiento y a lo largo de toda su vida, incluso aunque hayan sufrido un daño cerebral que le afecte en sus diferentes dimensiones (física, psicológica, social, emocional).
Cada persona, sea hombre o mujer, estructura su propia sexualidad. Es decir, no existe un patrón determinado para ser mujer o para ser hombre, con comportamientos a seguir fijados, sino que cada hombre o cada mujer, tiene su propia forma de estructurarse como tal (con sus hormonas, su personalidad, su anatomía corporal) y eso es lo que nos hace a cada uno totalmente único y especial. El Daño Cerebral, no paraliza este proceso, ni lo deja estancado.
La identidad sexual, sin embargo, es decir, la forma en cómo nos sentimos hombres o mujeres sexuados, sí puede cambiar con el daño cerebral. Así, la expresión de la erótica, los problemas conductuales como la desinhibición sexual, la falta en el control de impulsos, la pérdida de autonomía física y las alteraciones cognitivas, provocan cambios en la propia autoestima del paciente y en la de su/sus parejas y familiares.
Toda persona merece ser querida, amada y deseada
Es una labor muy importante que los pacientes con daño cerebral se sientan así, o vuelvan a sentirlo. Además, debemos intentar que las personas con daño cerebral aprendan a que están preparadas para el placer, para los afectos, para las relaciones eróticas (y puede que para la reproducción).
Hay muchas mujeres que centran su feminidad en su cuerpo, en su capacidad de seducir y hacerse deseables. Tras el daño cerebral o como consecuencia de la medicación, el cuerpo cambia (puede hincharse, o adelgazar en extremo por ejemplo, o el cabello o cantidad de vello corporal cambiar); uno de los trastornos conductuales más habituales, la apatía, implica que las pacientes no tengan en cuenta sus hábitos de higiene como antes, y dejan de asearse, arreglarse, etc. Asimismo, muchos hombres centran su masculinidad en su órgano genital y en su capacidad de eyacular; esto supone que si una de las secuelas del daño cerebral es la impotencia, o la anorgasmia, o de forma yatrógena (es decir, como efecto secundario de la medicación) aparecen estos síntomas, la frustración aparecerá.
La desinhibición sexual en el caso de los hombres puede llevar a una mayor demanda para sus parejas, que dejan entonces de sentirse escuchadas e incluso de dejar de desear y disfrutar del acto sexual. En las parejas se da un reajuste de los roles: la pareja pasa a ser, además del amante, el cuidador. Y las parejas necesitan ser escuchadas, expresar sus sentimientos y su frustración. Puede darse el caso de la ruptura y de que rehagan su vida con otra pareja.. En este caso es habitual que surjan sentimientos encontrados: culpabilidad, miedo al “qué dirán”, miedo al rechazo social y familiar.
En el caso de las familias, por otra parte, necesitan entender y tener pautas claras para actuar ante las demandas de sus pacientes, ante las conductas de desinhibición (palabras obscenas en público, masturbaciones en lugares inapropiados, tocamientos), ante las peticiones explícitas de sus hijos con daño cerebral, o de sus padres, en el caso de que sean estos los afectados..
En FEDACE, la Federación Española de Daño Cerebral Adquirido, se presentó en el año 2010 una guía práctica sobre Sexualidad y Daño Cerebral que puede ser descargado de manera gratuita en su página web.
En el Servicio de Daño Cerebral de Hospitales VITHAS prestamos asesoramiento psicológico a las parejas y familiares de los pacientes. No obstante todavía hay un gran desconocimiento y mucha incomprensión social. De hecho, a pesar de que debería haber una gran demanda por parte de los pacientes, parejas y familiares, por el sufrimiento que conlleva, es un tema muy tabú, que no suele ser expresado con libertad, intimidad y que en la práctica no se trata.
Esperamos publicaros un nuevo post más adelante sobre sexualidad, ya que todavía hay muchos factores a tener en cuenta esperando a ser expresados. Mientras, si necesitáis más información, no dudes contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.