TMS e Inteligencia Artificial, dos potentes herramientas para la rehabilitación del ictus

Dr. Enrique Noe aplicando la TMS a un paciente post-ictus de Irenea Valencia como parte de su plan de tratamiento de neurorrehabilitación

El ictus es la principal causa de discapacidad en adultos. Encontrar tratamientos efectivos para su recuperación sigue siendo uno de los principales objetivos para muchos de los investigadores que centran su atención en el ámbito de las neurociencias. En este contexto, la combinación de Estimulación Magnética Transcraneal (TMS), junto a las nuevas técnicas de Inteligencia Artificial (IA), se está posicionando como una herramienta prometedora en la rehabilitación post-ictus.

El papel de la TMS en el tratamiento del ictus

A pesar de los avances en el tratamiento del ictus durante la fase aguda (trombolisis, trombectomía, etc), un alto porcentaje de pacientes presentan déficits (motores, cognitivos, conductuales, etc.)  que en mayor o menor medida dificultan su vida cotidiana. La recuperación funcional, entendida como la manera de alcanzar el máximo grado de autonomía en el desempeño de las actividades cotidianas, sigue siendo uno de los mayores retos tras sufrir un ictus. La TMS, una técnica no invasiva de estimulación cerebral, ha demostrado ser eficaz para modular los cambios plásticos que se producen en la corteza cerebral tras un ictus y que son clave para la óptima rehabilitación de las funciones perdidas.

Múltiples estudios científicos han demostrado que esta técnica puede reducir los déficits motores, psicolingüísticos, cognitivos, conductuales e, incluso, mejorar el estado de ánimo en pacientes post-ictus. Si revisamos la literatura científica, en estos últimos dos-tres años varios trabajos han destacado la eficacia de la TMS en áreas clave de la recuperación de los accidentes cerebrovasculares, como:

  • Recuperación motora: un reciente metaanálisis publicado en Stroke en 2023 mostró que la rTMS de alta frecuencia aplicada en el hemisferio afectado y la rTMS de baja frecuencia en el hemisferio no afectado pueden mejorar significativamente la función motora en pacientes que han sufrido un ictus. Este enfoque combinado estimula la reorganización cortical y facilita la recuperación funcional del miembro superior, ayudando a restaurar el control motor en las áreas afectadas.
  • Afasia post-ictus: un estudio de Brain Stimulation en 2022 investigó el uso de TMS navegada (nTMS) combinada con tratamiento logopédico intensivo, mostrando mejoras significativas en la fluidez verbal y la capacidad de denominación.
  • Espasticidad post-ictus: un estudio reciente publicado en Frontiers in Human Neuroscience en 2023 evaluó el impacto de la combinación de la estimulación magnética transcraneal repetitiva de baja frecuencia (LF-rTMS) y la estimulación magnética periférica repetitiva (rPMS) en pacientes con espasticidad post-ictus. Los resultados mostraron que la combinación de ambas técnicas mejoró significativamente la función motora y redujo la espasticidad en comparación con la rTMS aislada y la rehabilitación convencional.
  • Depresión post-ictus: una revisión sistemática publicada en Frontiers in Neurology en 2023 evaluó la eficacia de la estimulación magnética transcraneal repetitiva (rTMS) en la depresión post-ictus. El estudio concluyó que la rTMS podría ser una opción terapéutica efectiva para aliviar los síntomas depresivos y mejorar la función neurológica en estos pacientes.

TMS, neurogénesis e Inteligencia Artificial

De igual forma, otro estudio realizado en 2024 mostró que tras la aplicación de TMS existía un incremento en los  niveles de determinados biomarcadores de neurogénesis, como Netrina-1 y ciertos microARNs (miRs), asociados con la regeneración neuronal. Esto sugiere que la TMS podría potenciar los mecanismos de reparación endógena del cerebro tras un ictus, especialmente en la fase subaguda​. Otras investigaciones han revelado que la TMS de alta frecuencia puede proteger al cerebro de daños adicionales, reduciendo las respuestas de neurotoxicidad y promoviendo la neovascularización​.

Si a estos hallazgos le añadimos el ingrediente extra de la inteligencia artificial, encontramos estudios recientes que ya han explorado esta combinación para mejorar la recuperación tras un ictus, con resultados prometedores. Mientras que la TMS se utiliza cada vez más para rehabilitar funciones motoras y cognitivas en pacientes post-ictus, la IA se está integrando para optimizar estos tratamientos, ajustando parámetros en tiempo real basados en la respuesta del paciente.

En este tándem, la capacidad de la IA para analizar grandes volúmenes de datos y personalizar los tratamientos de TMS es clave ya que mejora su eficacia al identificar patrones y optimizar los protocolos de estimulación en función de las necesidades individuales de cada paciente. Esta sinergia permitirá mejorar significativamente los mecanismos de neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales, asociadas a la TMS, lo que facilitará la recuperación funcional en fases tanto agudas como crónicas del ictus​.

En esta misma línea de investigación, la IA ya ha demostrado ser capaz de reducir el tiempo de diagnóstico y mejorar los resultados en pacientes con ictus al integrar análisis automatizados de imágenes cerebrales. Mejorar la precisión y rapidez de los diagnósticos, permite intervenciones más rápidas y precisas, esenciales para el éxito de tratamientos como la TMS​.

Este enfoque abre nuevas vías prometedoras en la rehabilitación neurológica y la recuperación de los pacientes afectados por ictus. En IRENEA, lo aplicamos de forma personalizada mediante nuestro Plan Intensivo de Neuromodulación, diseñado para mitigar las múltiples secuelas que puede acontecer tras un ictus. 

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