Tratamiento de la negligencia visual post-ictus en Irenea

Las personas con heminegligencia, al realizar cualquier actividad, ignoran todo el material situado al lado izquierdo esto es la negligencia visual

La negligencia visual es un trastorno perceptual que a menudo se observa en personas que han sufrido un ictus, particularmente cuando la lesión cerebral afecta el hemisferio derecho del cerebro y, por este motivo, os queremos explicar qué es y cómo lo tratamos en los nuestros centros.

Impacto de la negligencia visual en personas tras sufrir un ictus

Entre un 30% y un 70% de los pacientes que han sufrido un ictus en el hemisferio derecho experimentan un trastorno conocido como «negligencia». Este trastorno conlleva serias dificultades para prestar atención al lado izquierdo de su cuerpo, denominada heminegligencia corporal, así como a su entorno, conocida como heminegligencia espacial.

En la vida cotidiana, estos pacientes a menudo se enfrentan a desafíos significativos y, por ejemplo, pueden dejar la parte izquierda de su comida en el plato, no intentan ponerse la parte izquierda de la ropa al vestirse, leen solo la parte derecha de un texto y, si caminan, pueden chocar con puertas u obstáculos que se presentan en su lado izquierdo, entre otros aspectos. En los casos más graves, los pacientes presentan negligencia de la parte izquierda de su propio cuerpo, de manera que su eje y su esquema corporal se encuentran lateralizados a la derecha.

La negligencia suele ir acompañada de una falta de conciencia del propio déficit, de manera que el paciente no es consciente de que “se olvida” de prestar atención a la parte izquierda.

Rehabilitación de la negligencia visual post-ictus

La rehabilitación de la negligencia visual después de sufrir un ictus es un proceso crucial para mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados y se enfoca en ayudar a los pacientes a compensar el déficit, para mejorar su funcionalidad global. Para ello, tras una evaluación inicial que determine su gravedad, se desarrolla un plan de tratamiento personalizado.

El plan de tratamiento de la negligencia visual requiere un enfoque multidisciplinar y personalizado para abordar las necesidades específicas de cada paciente, en donde la parte neuropsicológica, de terapia ocupacional y fisioterápica, adquieren un papel fundamental.

Teniendo en cuenta que es una alteración fundamentalmente atencional, las áreas de los centros de Irenea lo abordan de la siguiente forma:

  • Desde neuropsicología se establece un plan de trabajo dirigido a hacer consciente al paciente de esta afectación y a compensar este déficit. Se dan pautas a sus familiares de colocar los principales estímulos en la parte izquierda del entorno, de manera que el paciente tenga que “fijarse” en esa parte.
  • Desde fisioterapia se dirige el trabajo a que el paciente sea consciente de la parte izquierda de su cuerpo, instaurando un protocolo de tratamiento postural e incitando a la utilización en su día a día del hemicuerpo izquierdo.
  • Desde terapia ocupacional se establece un plan de tratamiento dirigido a que el paciente adquiera autonomía en su entorno más inmediato, evitando golpes con la parte izquierda de las puertas, de los muebles, así como dirigido a que integre sus extremidades izquierdas en sus actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, y pueda llegar a su máximo nivel de autonomía.
  • El equipo médico especializado supervisa en todo momento el tratamiento multidisciplinar, asegurándose de que el paciente vaya evolucionando favorablemente.

Innovación en la evaluación de la negligencia visual

Por último comentar que, en nuestro centro de Vithas Valencia Consuelo, la evaluación de la negligencia visual se realiza utilizando una novedosa técnica desarrollada en colaboración con la Universidad Politécnica de Valencia. Los resultados de esta técnica fueron publicados en la prestigiosa revista Journal of Neuropsychiatry and Clinical Neuroscience y consiste en un tracking visual que permite comprobar, no solo de forma cuantitativa, sino también cualitativa, cómo los pacientes perciben su entorno tras sufrir un ictus.

Y gracias a este sistema de evaluación podemos comprender de manera más profunda cómo los pacientes afectados experimentan su entorno, lo que nos permite adaptar aún más los tratamientos a sus necesidades individuales.

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