La exploración neurológica del lesionado medular se realiza siguiendo las normas internacionales para la clasificación neurológica de la lesión medular, publicada por la American Spinal Injury Association (ASIA). Se trata de una exploración sistematizada de la fuerza y la sensibilidad, con los que podremos determinar el nivel motor, sensitivo y neurológico de la lesión, así como determinar si la lesión es completa o no, lo que nos permitira definir la lesión, conocer su pronóstico y plantear los objetivos rehabilitadores. La exploración se debe realizar en decúbito supino, para permitir una comparación válida a lo largo de las distintas fases de la lesión.
Antes de comenzar a explicar cómo se realiza, hay que tener presente algunos conceptos:
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Dermatoma: es el área de piel inervada por axones sensitivos de una determinada raiz espinal.
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Miotoma: conjunto de fibras musculares inervadas por axones motores de una determinada raiz espinal.
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Nivel sensitivo: dermatoma más caudal con función sensitiva (pinchazo y tacto) conservada.
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Nivel motor: miotoma más cauda con función motora conservada o el último nivel normal (3) siempre y cuando el nivel previo esté en 5.
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Nivel neurológico: el segmento medular más caudal con función sensitiva y motora conservada bilateralmente.
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Lesión incompleta: hay cualquier función sensitiva y /motora por debajo de la lesión, incluidos los segmentos sacros
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Lesión completa: no existe función sensitiva y motora en los segmentos sacros.
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Zona de preservación parcial: solo en lesiones completas. Dermatomas o miotomas caudales al nivel neurológico con inervación parcial.
Examen sensitivo
Se debe valorar la sensibilidad algésica y táctil superficial. Para ello realizaremos “pinchazo-punto” a los largo de los puntos clave de los 28 dermatomas. La sensibilidad dolorosa se puede valorar con una aguja roma y la táctil superficial con un bastoncillo, con los ojos del paciente cerrados y de arriba a abajo. Se puntúa de 0 a 2, siendo 0 que hay anestesia, 1 que la sensibilidad está alterada (ya sea aumentada o disminuida) y 2 que está conservada, desde el dermatoma C2 hasta S4-S5. Es importante valorar la sensación anal profunda mediante el tacto rectal, que se debe registrar como presente o ausente. De forma opcional se puede explorar la sensibilidad propioceptiva.
Examen motor
Se valora la fuerza de los músculos clave, es decir, los músculos representativos de un segmento medular. Los músculos clave son 20, 5 en cada extremidad. En el miembro superior:
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flexores del codo (C5).
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Extensores de muñeca (C6)
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Extensores del codo (C7)
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flexores de los dedos (se explora el tercer dedo) (C8)
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abductor del quinto dedo (T1)
En el miembro inferior:
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Flexores de cadera (L2)
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Extensores de rodilla (L3)
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Dorsiflexores del tobillo (L4)
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Extensores del dedo gordo (L5)
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Flexores plantares (S1)
Se valoran en una escala de 0 a 5:
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0: parálisis completa
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1: contracción visible o palpable
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2: movimiento activo con rango completo sin gravedad
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3: movimiento activo con rango completo en contra de gravedad
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4: movimiento activo con rango completo contra resistencia moderada
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5: movimiento activo con rango completo contra resistencia completa.
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NT: no testable (por ejemplo, por amputación, inmovilización pro fractura,…)
También se ha de valorar la contracción anal voluntaria mediante el tacto rectal.
Tras realizar la exploración podremos definir el nivel sensitivo, motor, si es completa o incompleta y, con todo ello, el grado de ASIA:
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A= Lesión completa. Sin función motora o sensitiva en segmentos sacros.
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B= Lesión incompleta sensitiva. Sensibilidad pero función motora no conservada por debajo de la lesión, incluyendo niveles sacros
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C= Lesión incompleta motora. Función motora conservada por debajo de la lesión y más de la mitad de los músculos clave tiene un balance muscular menor de 3.
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D= Lesión incompleta motora. Función motora conservada por debajo de la lesión y por lo menos la mitad de los músculos clave tiene un balance muscular mayor o igual a 3.
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E= Función sensitiva y motora conservada.
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Bibliografía:
Kirshblum SC, Burns SP, Biering-Sorensen F, Donovan W, Graves DE, et al. International Standards for neurological classification of spinal cord injury (Revised 2011). J Spinal Cord Med. 2011; 34(6): 535-546
