Nos resulta difícil imaginar la angustia que provoca esta pregunta en la mente del paciente y de sus familiares. Nosotros, como logopedas del Instituto de Rehabilitación Neurológica, sabemos por experiencia lo duro que resulta responderla, entonces, cuánto más duro resultará tener que hacerla viviendo la situación dramática de “no poder hablar”.
Resulta inevitable implicarse emocionalmente en estas situaciones en las que pasamos horas y horas frente al espejo, el papel o cara a cara con el paciente para conseguir sacar una palabra, una sílaba o un fonema. Ver el esfuerzo del paciente, su frustración al no conseguirlo o su alegría al pronunciar su propio nombre por primera vez.
¿Volverá a hablar nuestro paciente?
Como siempre decimos, hay muchas variables que pueden ayudarnos a pronosticar hasta dónde vamos a llegar:
- el tamaño de la lesión,
- su localización,
- la edad del paciente,
- su nivel cultural premórbido,
- la existencia o no de apraxia asociada a la afasia,
- la afectación en la comprensión del lenguaje etc.
Pero, aún conociendo todos estos datos, debemos tener algo siempre presente. Nunca hay dos afasias iguales. Si bien es cierto que la experiencia con pacientes previos nos puede orientar, generalmente con mucho acierto, debemos estar abiertos a posibles sorpresas, tanto positivas como negativas.
Además, “volver a hablar” es un término demasiado amplio como para poder ser acotado en una respuesta de Si o No. Como ya comentamos en un post anterior sobre los tres pilares de la afasia, hay una pregunta más importante que “¿Volverá a hablar?” y es “¿El paciente entiende lo que le digo?”. Sin comprensión, el trabajo de producción es mucho más arduo, así como la mejora de la calidad comunicativa del paciente, ya sea mediante el habla o mediante un SAAC.
Debemos hacer comprender esto a la familia, pues la mejora de la comprensión del lenguaje queda para ellos en un segundo lugar si el paciente no logra hablar. En estas ocasiones, el distanciamiento entre la percepción de la evolución por parte de los familiares suele diferir mucho de la percepción del logopeda ya que los primeros no ven cambios (el paciente sigue sin poder hablar), mientras que el logopeda pese a no mejorar el lenguaje oral, puede percibir claramente la mejora en la comprensión o en las habilidades comunicativas del paciente.
¿Volverá a hablar el paciente?
Obviamente, la búsqueda del lenguaje oral es una prioridad, pero, desde la óptica del profesional, los objetivos iniciales suelen centrarse más en la comunicación en general, es decir, que el paciente pueda comunicarse sea como sea, que en enfocar la meta única y exclusivamente en el habla.
Habrá pacientes que volverán a hablar de forma fluida, otros lo harán con dificultades y, muy a nuestro pesar, también los habrá que “no volverán a hablar”.
Debemos advertir tanto a las familias como a los propios pacientes de no entrar en comparaciones con otros afásicos. ¿Por qué Paco ya habla, si lleva aquí dos meses y mi madre todavía no dice nada después de un año? Es difícil hacer entender el abismo de diferencias que puede haber entre un paciente y otro, por eso, familiares, pacientes y cuidadores, os animamos a que preguntéis, a que confiéis en vuestro/a logopeda, y a que tengáis la seguridad de que si algo no se consigue no va a ser por falta de interés e implicación de quienes tratamos, aveces con éxito, otras sin él, de encontrar todas esas “palabras perdidas”.
Para más información sobre el lenguaje y la comunicación de pacientes afásicos, no dudes en contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.