La disfagia es un trastorno de la deglución caracterizado por una dificultad en la preparación del bolo alimenticio o en el desplazamiento de este desde la boca hasta el estómago. Ocasiona problemas tanto en la eficacia como en la seguridad de la alimentación oral, provocando complicaciones como la malnutrición, deshidratación, neumonías, etc.
Desde el área de Logopedia del Instituto de Rehabilitación Neurológica, estamos aplicando nuevas técnicas de tratamiento para la disfagia que nos ayuden a conseguir una alimentación oral segura y eficaz en los pacientes neurológicos. Una de estas técnicas es el Vendaje Neuromuscular, y del que hablamos en un post anterior . Otra de estas técnicas y en la cuál nos vamos a centrar en este post, es la Electroestimulación Neuromuscular (EENM). Estas dos prácticas, hasta hace poco, sólo se aplicaban en fisioterapia, pero poco a poco se van haciendo camino dentro de la logopedia, ya que como estamos observando, resultan beneficiosas en la rehabilitación de la disfagia.
La Electroestimulación Neuromuscular (EENM) es una técnica no invasiva que se aplica a través de la piel mediante la colocación de unos electrodos transcutáneos, conectados a una máquina, que transmiten unos estímulos eléctricos u otros a un músculo dependiendo del tipo de actividad que queramos generar (contraer o relajar las fibras musculares). Se trata de potenciar los músculos con una inervación motora conservada.
Para mejorar el proceso de deglución en los pacientes disfágicos hemos empezado a colocar los electrodos por arriba del inicio del cricotiroideo y en los músculos del suelo de la boca o suprahioideos, para así:
- Mejorar el tono y la fuerza de estas estructuras al mismo tiempo que mejoramos la función y sensibilidad de toda la zona.
- De este modo, aumentamos el ascenso laríngeo, mejoramos el cierre glótico (para evitar aspiraciones hacia la tráquea) y
- mejoramos la retropropulsión lingual e incrementamos la activación del reflejo deglutorio.
El protocolo que hemos realizado para este tratamiento utiliza una corriente de baja frecuencia, como es la “Electrical muscle stimulation” EMS (estimulación eléctrica muscular); con dos canales A y B.
Para que la deglución se realice lo más fisiológicamente posible el canal A situado en los dos electrodos de arriba estimula antes que el canal B. Además, tenemos que tener en cuenta que la sensibilidad de cada paciente varía, por tanto la amplitud será diferente en cada uno. Cada sesión dura 40 minutos de estimulación, con periodos de estimulación y de descanso.
Durante el protocolo se realiza una valoración inicial de la disfagia, una a mitad y otra al finalizar para observar en todo momento si el paciente se está beneficiando del tratamiento.
Durante los 40 minutos de estimulación, se realizan ejercicios tanto deglutorios como no deglutorios para que el tratamiento tenga una funcionalidad fisiológica en el paciente y se consigan mayores resultados. Estos ejercicios se realizan con o sin resistencia observando si aparece fatiga en el paciente. Algunas de las actividades son: las maniobras deglutorias, estimular con diferentes alimentos, ejercicios de fuerza, praxias linguales y labiales, etc.
Si quieres más información sobre este tratamiento, no dudes en contactar con nuestros centros de daño cerebral.
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