La capacidad de adaptación es una de las cualidades que más define al ser humano. Es por esta adaptación, por lo que surgen dificultades que hacen necesario aplicar la Terapia CIMT y a la vez es esta capacidad en la que se basa el funcionamiento de la Terapia CIMT.
Todos recordamos la historia de Peter Pan en la que el pirata pierde su mano; y como en la historia lo que parecía que iba a ser su gran debilidad, se acaba convirtiendo en su gran fortaleza: ahora es Capitán Garfio. La Terapia CIMT (Terapia de Restricción e Inducción del Movimiento) crea una dificultad de manera controlada al niño, para que éste saque su mayor potencial.
Lo que le pasa al Capitán Garfio es de alguna manera, lo que nos pasa a los humanos y especialmente a los niños, ya que tienen una mayor plasticidad cerebral. Cuando nuestro cerebro encuentra una dificultad para hacer las cosas, inventa otra distinta de hacerlas; esto es lo que se llama en neurorehabilitación: las compensaciones.
Un niño que debido a una lesión cerebral tiene una hemiparesia, que supone que un brazo tiene menor movilidad que el otro; tiende a usar menos el brazo hemiparético, en ocasiones llegándose a “olvidar” de este brazo e ingeniándoselas para hacer todo con el otro.
Esto, además de la consecuencia obvia de disminuir la funcionalidad en el brazo y mano hemiparéticos, tiene además repercusiones en el cerebro. Se ha comprobado que la representación cortical en nuestro cerebro de las distintas partes de nuestro cuerpo es directamente proporcional al uso que les damos. Es decir, que las partes que más usamos de nuestro cuerpo, tienen mayor representación y las que menos usamos, tienen menor representación.
Pero esta relación de causa-efecto es bidireccional; por lo que a menor uso, menor representación y a menor representación, menor uso. Se entra así en círculo vicioso de “menor uso- menor representación cortical”.
Lo que trata el CIMT, es de romper este círculo de “ir a menos” e invertirlo por el círculo de “ir a más”.
El CIMT es una terapia con un protocolo de intervención intensivo, cuyo objetivo es mejorar la funcionalidad y la integración del miembro superior hemiparético.
Implica restringir con una resina (similar a un guante rígido) el movimiento de la mano sana, durante dos semanas, para crear la necesidad de usar “más y mejor” el lado afecto.
A esta restricción, se le añade un programa de ejercicios en el lado afecto, que se realizan tanto en el Instituto de Rehabilitación Neurológica, como en el hogar. El programa de ejercicios es individualizado y específico para cada niño y es elaborado por los profesionales tras una valoracion exhaustiva de la movilidad y la funcionalidad del brazo afectado. La colaboración de la familia es crucial para obtener los resultados óptimos.
Así que durante dos semanas, a través de este programa intensivo, ayudamos al niño a sacar al pirata que lleva dentro; a crear de la dificultad que supone tener restringido un brazo, la oportunidad de mejorar el movimiento en el otro. Y nuestra experiencia nos dice que, en superarse y aprovechar oportunidades, los niños son nuestros grandes maestros.
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