Tratamiento rehabilitador fisioterápico del traumatismo craneoencefálico en niños

Tratamiento rehabilitador de los pacientes menores que han sufrido un traumatismo craneoencefálico

El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la lesión de las estructuras de la cabeza producida por fuerzas mecánicas. El TCE es el traumatismo más frecuente en la edad pediátrica. Representa el 6% de los accidentes infantiles y supone un problema habitual en los servicios de urgencias pediátricos. Generalmente es leve, aunque es la primera causa de mortalidad entre los niños de 1 a 14 años.

Los niños con traumatismo leve sin lesión intracraneal tienen en general un buen pronóstico y se recuperan completamente en 24-48 h. En el traumatismo grave infantil, la mortalidad es mayor en los menores de 3 años. Los mecanismos del impacto se diferencian claramente entre niños y adultos. En relación con las secuelas, el pronóstico en el niño es mucho mejor que en el adulto por los fenómenos de plasticidad y capacidad de reorganización del cerebro inmaduro.

Rehabilitación de niños que han sufrido un traumatismo craneoencefálico

El tratamiento rehabilitador de los pacientes menores que han sufrido un traumatismo craneoencefálico debe comenzar lo antes posible, durante el estado de coma, estando el paciente en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI). Su objetivo principal es la prevención de complicaciones.

Según el estado del niño, la fisioterapia ya puede formar parte de la rehabilitación desde la fase aguda, sobre todo en pacientes de moderado y alto riesgo. Las sesiones serán breves, ya que en la mayoría de los casos los pacientes en fase aguda requerirán las observaciones frecuentes de diversos profesionales para controlar su estado.

Tratamiento fisioterápico del traumatismo craneoencefálico

El objetivo principal del tratamiento fisioterápico es conseguir y mejorar las funciones motoras, intentando recuperar lo máximo posible los daños producidos en el sistema nervioso. Las principales técnica de fisioterapia en las primeras fases son:

  1. Fisioterapia respiratoria: dependiendo del estado del niño, se realizan diferentes técnicas fisioterápicas para disminuir el acúmulo de secreciones (sacar los mocos de los pulmones), mejorar la respiración del niño, evitar infecciones respiratorias y ayudamos al niño a que el niño tenga menos trastornos del sueño por mucosidad. Si el niño se encuentra consciente y las condiciones médicas lo permiten, puede realizar ejercicios respiratorios en casa, como llenar dos o tres globos al día durante 15 días y luego ir reduciendo el nivel de globos hinchados y soplar velas o pompas.
    • Drenaje postural: adoptando diferentes posturas, facilita a la expulsión de líquidos y mucosidades de los pulmones. En lactantes los cambios posturales se realizan en el regazo del adulto y en los niños mayores se emplean almohadas. El drenaje postural se puede hacer en diferentes posiciones: sentado, acostado boca arriba, boca abajo o de lado. Es recomendable realizar esta técnica en los momentos en que el estómago esté más vacío, por ejemplo antes de comer o tras la disgestión.
    • Percursión torácica: la percusión ayuda a disminuir el espesor de los mocos. Se trata de un golpeteo repetido con la punta de los dedos en lactantes, la mano hueca en niños mayores o una mascarilla ??hinchable sobre las distintas zonas del tórax. Se debe oir un sonido hueco, sin que produzca dolor. El tiempo de realización de esta técnica es alrededor de 5 minutos. Se puede combinar con la percusión torácica y con el drenaje postural.
    • Vibración torácica: se aplica una mano plana sobre el tórax del niño, sin despegarla se sigue la respiración y se genera una leve vibración durante la espiración (expulsión del aire). El tiempo de realización de esta técnica es de alrededor 5 minutos.
    • Tos provocada: el objetivo de la tos provocada es disminuir la acumulación de mocos. Se provoca la tos aplicando una suave presión en la parte inferior de la tráquea al final de la inspiración (inhalación del aire), la otra mano se coloca en la zona abdominal del niño, si el niño puede colaborar se le pide que intente toses a la vez que el profesional ejerce la presión. En pacientes intubados o con cánulas de traqueostomía la succión sustituye a la tos.
  1. Movilizaciones pasivas: los objetivos de las movilizaciones pasivas son evitar adherencias, evitar las rigideces, deformidades articulares y relajar los músculos del niño. Se realizarán en los miembros superiores y miembros inferiores, teniendo en cuenta que cada paciente es diferente, por lo que se dará más o menos prioridad a diversas movilizaciones dependiendo del niño y de su estado. Se pueden realizar movilizaciones en las siguientes articulaciones:
    • Miembros superiores: Hombro, codo, muñeca y mano.
    • Miembros inferiores: Cadera, rodilla, tobillo pie.
  1. Estiramientos: son maniobras manuales que pretenden colocar los músculos en su máxima extensión para evitar o disminuir la rigidez muscular.Si se combinan los estiramientos con las movilizaciones pasivas, conseguimos flexibilizar los músculos del niño. Se pueden realizar en cualquier músculo del cuerpo, que dependerá de las necesidades del paciente. En las primeras fases, los estiramientos se aplicaran pasivamente al niño, si este puede colaborar se le pedirá que el mismo estire sus músculos mediante diferentes ejercicios con o sin materiales.

Los estiramientos que se explican a continuación, necesitan la colaboración del niño. Algunos de estos estiramientos son:

  • Sin materiales:
    • El niño puede estar sentado o de pie, le pedimos que estire las piernas y los brazos y que se intente tocar los pies con las manos, con este ejercicio estirará los músculos de las las piernas, los brazos y la espalda. Si queremos que estire los gemelos, le indicamos que doble el pie acecando los dedos hacia sus manos.
    • De pie, le indicamos al niño que levante un brazo e incline la cintura a la derecha y a la izquierda, así estirará músculos de la espalda, de las costillas y de los brazos. Este estiramiento ayuda a mejorar la respiración.
    • Bocaabajo, el paciente tiene que estirar los brazos, doblas las piernas y aguantar la posición, estirando así los músculos de los brazos y sobretodo los de la espalda.
  • Con materiales:
    • Pelota: podemos hacer diversos estiramientos, por ejemplo. el niño se pone boca abajo o boca arriba sobre la pelota de Bobath y lo ayudamos a desplazarse sobre la pelota hacia delante, hacia atrás y hacia los lados.
    • Pelota pequeña: El niño puede estar sentado, tumbado, boca arriba o boca abajo. Enseñamos al paciente a pasarse una pelota pequeña (preferiblemente blanda) por la espalda, por los lados del cuerpo y a moverla en varias direcciones, haciendo así un estiramiento global del cuerpo.
  1. Cambios posturales: El cambio de postura cada dos horas se considera suficiente hasta conocer la sensibilidad y la tolerancia a las posiciones del paciente. Puede ser necesario disminuir o aumentar el tiempo en algunas posiciones, pero no las prolongaremos más de tres horas. Es necesario vigilar el estado de la piel en cada cambio de posición, especialmente en las zonas con más predisposición a aparecer úlceras o heridas por presión. Se puede colocar al niño boca arriba o de lado hacia la izquierda y hacia la derecha.
  1. Trabajo de control cefálico: Consiste en la realización de ejercicios que se adaptarán a las características del niño para que este logre mantener su cabeza contra la gravedad. Dependiendo de la edad y el estado del niño, se realizan cogiendo al niño de los brazos e impulsándolo levemente hacia arriba o sosteniéndolos en los brazos del adulto.
  1. Volteos pasivos: Se realizan moviendo al niño a su derecha y a su izquierda, para que gire en la cama. Si el niño es consciente, se le puede pedir que colabore, de esta manera irá aprendiendo y practicando los los volteos. Es recomendable ir alternando los lados hacia los que se gira para que el niño aprenda a ir hacia ambos lados por igual.

El mejor tratamiento, la prevención

Es muy importante señalar que el mejor tratamiento del traumatismo craneal es su prevención. En la medida de lo posible es necesario evitar que los niños realicen actividades peligrosas (como escalar o saltar desde lugares muy altos) y llevar siempre el cinturón de seguridad cuando se va en un vehículo o el casco cuando se va en motocicleta o bicicleta. Es importante informar y hacer conscientes a los padres de la importancia de la prevención, para ello, deben desarrollarse programas de prevención de los traumatismos infantiles y los profesionales de la salud deben participar informando tanto a padres como a educadores.

Área de fisioterapia del Instituto de Rehabilitación Neurológica del Centro de Daño Cerebral VITHAS – Vithas Vinalopó.

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