Cada cuatro minutos se produce un ingreso por daño cerebral en España. El daño cerebral adquirido es el resultado de una lesión cerebral súbita que produce diversas secuelas de carácter físico, psíquico y sensorial. Esta semana conmemoramos el Día del Daño Cerebral y por ello se habla mucho del DCA (acrónimo que se utiliza para hablar de Daño Cerebral Adquirido) en adultos, pero no hay que olvidar que, cada año, también lo sufren 191 niños de cada 100.000. Es por ello que hoy os vamos a hablar del daño cerebral en niños.
Mientras que en adultos la causa principal es el ictus. En niños, la epilepsia, los traumatismos craneoencefálicos, las encefalopatías, los tumores cerebrales y los accidentes cerebrovasculares son los principales desencadenantes del daño cerebral infantil, según indica la Dra. Carolina Colomer, directora clínica de IRENEA, Servicio de Neurorrehabilitación de Hospitales Vithas en Valencia, Sevilla y Vigo.
El daño cerebral en niños
Aunque inicialmente las alteraciones físicas son las más evidentes tras el daño cerebral, posteriormente, van a ser las cognitivas las que más van a incapacitar al niño para su posterior reintegración a la vida diaria. Por lo que su abordaje desde un punto de vista terapéutico será fundamental para que el diagnóstico no condicione, ya que si algo tenemos claro en IRENEA, indica la Dra. Colomer, es que «un diagnóstico no es un pronóstico».
Por ello, es imprescindible un seguimiento del niño que está en pleno crecimiento y cuyas habilidades emergerán con el paso del tiempo, por lo que precisará de la máxima integridad de su cerebro para su completo desarrollo. Y, al haber sufrido una lesión y verse truncada dicha integridad, es probable que la evolución no siga los cauces habituales y puedan demorarse hasta el momento en el que consiga madurar algunas de sus capacidades.
En la actualidad, según explica la directora clínica de IRENEA, en la población pediátrica encontramos que existe un elevado número de secuelas no identificadas en el momento del alta hospitalaria que corresponden a un daño cerebral leve como pueden ser trastornos del lenguaje o de la atención, que deberían ser rehabilitadas de forma inmediata por profesionales especializados y que se asumen por parte de la familia, que en la mayoría de los casos desconoce la existencia de las unidades de neurorrehabilitación pediátrica.
Mi hijo tiene daño cerebral ¿y ahora qué?
Según afirma Laura Gómez, coordinadora del servicio de neurorrehabilitación pediátrica de Vithas Hospital VITHAS Virgen del Consuelo, “de la colaboración y la participación de la familia dependerán en gran parte la eficacia del tratamiento”.
Por ello, cabe destacar la importancia del papel de la familia, ya que son quienes proveen los cuidados principales al niño. Por lo que la intervención primaria debe ser efectuada, fundamentalmente, por la familia con el esfuerzo y guía de los especialistas.
Es por esto que no se debe separar la ayuda al niño de la que precisen los padres. Y, como elemento clave de la rehabilitación de los menores con lesión cerebral, Gómez recomienda las siguientes pautas para los padres.
Pautas para padres de niños con daño cerebral
- Si observa algún retraso en el desarrollo acuda a especialistas para que sea valorado su hijo
- Estimular es adecuado, pero tenga en cuenta que sobreestimular no
- Realice refuerzos positivos ante los pequeños avances
- Mantenga una actitud positiva, si existe capacidad de aprendizaje mejorará, pero necesitará tiempo y repeticiones
- Marque rutinas establecidas a seguir para facilitar el aprendizaje
- No sobreproteja, promueva la participación. Se debe intentar que todo lo que pueda hacer solo lo realice sin ayuda
- Recuerde que la discapacidad no es una enfermedad
Y, sobre todo, es importante recordar que la infancia es el mejor momento para desarrollar al máximo el potencial de un niño, sobre todo si padece alguna discapacidad, ya que es la etapa donde puede adquirir una mayor cantidad de conocimientos y en la que se produce un mayor aprendizaje.