Ya en posts anteriores se ha hablado de los diferentes estados de conciencia o del abordaje de estimulación basal en pacientes en estado de síndrome de vigilia sin respuesta o en estado de mínima conciencia. Estos pacientes presentan una dependencia completa a nivel motor y unos déficits cognitivos muy graves. Precisan de otra persona para cubrir todas sus necesidades y la mayor parte de sus acciones las realizan de forma refleja o involuntaria.
En este post, nos gustaría centrarnos en el proceso deglutorio y en las medidas que debemos tomar para conseguir una nutrición segura y eficaz.
Dentro de este grupo de pacientes podríamos diferenciar tres grupos en función de su alteración de la deglución:
Grupo 1
Pacientes que presentan un retraso grave o ausencia de activación del reflejo deglutorio y que suelen tener muchas dificultades para expulsar o controlar sus propias secreciones.
Grupo 2
Pacientes que son capaces de gestionar sus propias secreciones y activar (aunque sea con retraso) su refejo deglutorio, pero no realizan adecuadamente movimientos orales automáticos para controlar un bolo (ya sea la propia saliva, o un bolo pequeño de alimento).
Grupo 3
Pacientes que pueden gestionar sus propias secreciones, activar (aunque sea con retraso) su reflejo deglutorio y que de forma automática pueden propulsar un bolo (su propia saliva o un bolo pequeño de alimento) hacia atrás para tragarlo de forma segura.
Dado el bajo nivel de conciencia del paciente, no debemos olvidar que la gestión de secreciones, la activación del reflejo deglutorio y el control del bolo se realiza de forma automática, es decir, no hay una voluntariedad en los movimientos que podemos observar aunque permitan a un paciente en este estado deglutir pequeños bolos de alimento.
La recomendación general en estos pacientes, excepto en situaciones que hubiera una contraindicación médica, es que la alimentación se realice mediante una vía alternativa a la oral, en un primer momento mediante una sonda nasogástrica (SNG) y, si la alteración cognitiva se va a alargar en el tiempo, mediante una gastrostomía percutánea (PEG).
Esta recomendación se realiza incluso a los pacientes que se encuentren en el Grupo 3 ya que no podemos depender únicamente de la ingesta oral puesto que lo más probable es que sea imposible alcanzar las cantidades mínimas tanto de ingesta de sólidos como de líquidos. Además, carecer de una vía alternativa de alimentación supone un gran riesgo en caso de que puedan aparecer otras complicaciones que alteren (aunque sea de forma temporal) el nivel de activación del paciente. Además, la vía alternativa de alimentación nos permitirá la correcta administración de medicamentos al paciente.
En pacientes de Grupo 1 se recomienda evitar la ingesta de todo tipo de alimentos y, en los casos más extremos, incluso se recomienda evitar la estimulación de sabores ya que esta propicia la producción salival y si el paciente es incapaz de deglutirla de forma segura y se atraganta con ella, le estaremos exponiendo a riesgos innecesarios.
En pacientes de Grupo 2 se suele realizar estimulación de sabores tanto en sesiones como pauta para la familia y se inicia únicamente en sesiones y con un profesional el entrenamiento con bolos muy pequeños (menores de 3ml y siempre en consistencia pudding).
En pacientes de Grupo 3 se suele iniciar la ingesta oral de pequeños bolos ( menores de 3ml y siempre en consistencia pudding) como pauta para la familia. En sesiones con el profesional se pueden ir variando los bolos y observando a evolución del nivel cognitivo del paciente.
De todas formas, pese a estas pautas generales, familiares y cuidadores deben esperar a que un profesional, tras la valoración adecuada de la disfagia, indique una pauta a seguir de forma que la ingesta de alimentos sea completamente segura.
Para entender adecuadamente estas pautas debemos comprender algo muy importante. El objetivo a corto y medio plazo en estos pacientes no es conseguir una alimentación completa oral. Ese objetivo suele estar a muchos pasos de la situación actual del paciente. Lo que se pretende con estos pacientes es estimular de forma segura el reflejo deglutorio, manteniendo una adecuada movilidad muscular y estimulando todas las vías sensitivas, a espera de que, si el paciente sale de ese estado de mínima conciencia, podamos empezar a introducir una alimentación oral combinada con la vía alternativa.
Para más información no dudes contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.