No hace mucho, les mostramos en qué consistía el CIMT, estableciendo un paralelismo con la historia de Peter Pan Y Garfio: ¿Jugamos a piratas? Uso de la terapia CIMT en pediatría. Ahora vamos a viajar de Nunca Jamás a la vida real.
Si nos paramos a pensar, muchas de las tareas que realiza un niño, por no decir todas, son bimanuales:
- Juego:
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Saltar a la comba
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Columpiarse
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Subir escaleras de un tobogán
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Trasladar juguetes
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Vestir una muñeca
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Montar fichas de LEGO
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Moldear plastilina
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Lanzar una pelota grande
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Hacer castillos de arena
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- Autocuidado
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Cortar alimentos
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Beber de una botella
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Ponerse la chaqueta
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Atarse los cordones
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Ponerse un calcetín
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Subir una cremallera
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Abrochar un botón
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Lavarse la cara
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Hacerse una coleta
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Ponerse la mochila del cole
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Habitualmente, las personas adultas contamos con una mano dominante, y otra que sirve de apoyo o asistente. El desarrollo de esta dominancia se realiza aproximadamente a los 6 años, por lo que, en la infancia, el uso de ambas manos es la manera de explorar el mundo y la forma de manipular los objetos.
Terapia CIMT en pediatría
Un niño que tiene una hemiparesia, es decir, parálisis o disminución de la función de un brazo, tiene restringido este tipo de actividades. Aprende a no usar el miembro con afectación motora, ya que éste no le da resultados eficaces y como consecuencia, el aprendizaje del niño se ve limitado y elimina ese brazo de sus tareas diarias.
El objetivo de la CIMT es producir una reorganización cortical, que conduce a una mayor representación del miembro superior parético en la corteza cerebral. En definitiva, buscamos promover la integración del miembro afectado. Esto se realiza mediante la restricción del brazo sano o brazo con mayor funcionalidad. Y nos centramos principalmente en la mejora de funciones de la vida cotidiana y no hay nada más cotidiano en un niño que jugar.
En esta terapia intensiva se llevan a cabo ejercicios creados y personalizas en función de objetivos específicos para cada niño. Con ello buscamos desarrollar y potenciar al máximo las capacidades del brazo con menor funcionalidad.
La restricción del brazo no afecto se realiza mediante manopla o cualquier material que asegure esta limitación. El niño debe llevar la restricción la mayor parte del día, exceptuando algunas tareas acordadas previamente. Además se crea un programa de actividades que se deben realizar en el domicilio con el objetivo de ampliar el tiempo de juego y trabajo con este brazo.
Mediante la firma de un contrato, terapeutas y familiares nos comprometemos a seguir el protocolo de la terapia intensiva de restricción-inducción del movimiento.
Nuestro objetivo principal es que el niño desarrolle al máximo sus capacidades. Para ello, debe crear nuevos esquemas motores en su sistema nervioso central, es decir, aprender la forma más eficaz de utilizar la mano afectada.
Al final, lo que queremos, es darle los recursos necesarios para columpiarse y darle la oportunidad de que se ponga el solo la mochila para ir al cole.