Los problemas que presentan muchos niños prematuros, concretamente las características de su desarrollo motor y mental, pueden ser el reflejo de retrasos neuroevolutivos en la maduración cerebral. Entre las secuelas más importantes del niño prematuro están las alteraciones respiratorias y las alteraciones motoras, y de estas últimas la más importante, por su gravedad, es la parálisis cerebral.
Parálisis cerebral en niños nacidos prematuros
La parálisis cerebral es el problema motor que con mayor frecuencia se identifica en los prematuros. Conlleva una gran demanda de apoyo sanitario, educativo y social.
Si hablamos de la incidencia en los prematuros podemos decir que el nivel es bajo. Es decir, la frecuencia de parálisis cerebral en la población de recién nacidos menores de 1.500 g está alrededor del 10%.
Signos de alarma y diagnóstico
La parálisis cerebral en el niño nacido prematuramente suele ser de forma hipertónica. De esta manera, el primer signo de alarma detectado es el incremento del tono muscular. La presencia de asimetrías, de retracción y de retraso en adquisición de las habilidades motoras, hará pensar que el incremento del tono probablemente esté en relación con la parálisis cerebral.
Así pues, el diagnóstico definitivo de parálisis cerebral, salvo en casos excepcionales, no se debe hacer en primera instancia. Los diagnósticos precoces son menos exactos, se cometen con mucha frecuencia errores, tanto por diagnósticos que no se confirman, como por niños que se pueden valorar erróneamente como normales desde el punto de vista motor.
Clasificación de la parálisis cerebral en los niños nacidos prematuros
La parálisis cerebral del prematuro presenta tres formas típicas:
- Diplejía espástica, cuando la afectación de los miembros inferiores es mayor que la de los superiores,
- Tetraparesia espástica, cuando la afectación de los miembros superiores es igual o mayor que la de los inferiores
- Hemiparesia, cuando están afectados el miembro superior y el inferior de forma unilateral, en general se suele afectar más el miembro inferior que el superior.
Limitación funcional
La gravedad de la parálisis cerebral se determina dependiendo del grado de limitación funcional que conlleve. A los dos años se considera que una parálisis cerebral es leve si el niño ha alcanzado la sedestación y la marcha autónoma. Por otro lado, se considera moderada si ha alcanzado la sedestación pero no la marcha. Por último, se considera grave si a los dos años no ha alcanzado la sedestación.
Es importante, debido a las secuelas que se manifiestan en la parálisis cerebral infantil, iniciar un tratamiento global precoz para minimizarlas y favorecer el máximo desarrollo motor del niño.
Área de Fisioterapia del Hospital Vithas IRENEA Virgen de Fátima de Vigo