Rehabilitarse de Daño Cerebral Adquirido en un hospital

Imagn de dos profesionales sanitarios valorando una resonancia craneal

Sufrir un daño cerebral grave supone una situación crítica para la vida de quien lo padece. La atención urgente y la posterior estabilización clínica van a ser vitales para el paciente. Diariamente los centros hospitalarios y sus profesionales hacen una gran labor trabajando para salvar la vida de muchas personas que desgraciadamente han sufrido un daño cerebral.

Durante un tiempo que variará en función de la gravedad de la lesión y las complicaciones secundarias el paciente requerirá permanecer en un centro hospitalario de agudos para lograr la estabilidad clínica. Cuando ésta se consigue se procede al alta y el paciente y su familia se enfrentan con la dura realidad de la pérdida de capacidades que ha dejado la lesión . Es el momento de centrar los esfuerzos en la rehabilitación, porque como nos recuerda FEDACE: UNA VIDA SALVADA MERECE SER VIVIDA.

Pero ¿cómo debe ser la rehabilitación de estos pacientes?

  1. Temprana. Es importante comenzar la rehabilitación de forma precoz, lo antes posible tras la estabilización clínica.
  2. Individualizada. Pensando en las características y necesidades de cada paciente con objetivos personalizados.
  3. Intensiva. Con un ritmo de trabajo que se ajuste a las capacidades del paciente.
  4. Multidisciplinar, porque las secuelas neurológicas son variadas y precisan la intervención de diferentes profesionales que trabajen de forma coordinada para dar una respuesta global y concreta pensando en el paciente.

Con esta filosofía de trabajo hace ya 20 años se inauguró en el Hospital Valencia al Mar el primer centro de daño cerebral de los hospitales VITHAS. Desde entonces, IRENEA trabaja para atender a todos los pacientes lo antes posible para que puedan volver a su entorno con la mayor autonomía y calidad de vida posible.

Tipos de tratamientos

Pero no todos los pacientes son iguales ni tienen las mismas dificultades. Por eso, ofrecemos dos tipos de tratamientos:

  1. Ingreso hospitalario
  2. Tratamiento ambulatorio

Aunque, en este post vamos a explicar únicamente cómo es la rehabilitación en régimen de ingreso hospitalario y cómo todo un hospital está centrado en la rehabilitación del paciente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los hospitales en los que actualmente estamos prestando este tipo de rehabilitación son:

El equipo de trabajo de nuestros centros está compuesto por:

  • Neurólogo
  • Medico rehabilitador
  • Dietista
  • Logopedas
  • Neuropsicólogos
  • Psicólogos clínicos
  • Terapeutas ocupacionales
  • Fisioterapeutas
  • Trabajador social

Además, contamos con todos los recursos y personal propios de un centro hospitalario:

  • Internista
  • Traumatólogos
  • Radiólogos
  • Cardiólogos
  • ATS
  • Auxiliares de enfermería
  • Celadores
  • etc.

Ventajas del Ingreso Hospitalario

Entre otras, las ventajas que tiene un paciente que necesita un tratamiento con ingreso hospitalario son:

  1. Contar con los recursos del hospital, citados anteriormente, nos permite iniciar la rehabilitación de forma temprana, aún cuando el paciente todavía requiere de atención médica y cuidados de enfermería (ajuste de medicación, pruebas complementarias, prevención y tratamiento de complicaciones secundarias, curas y prevención de úlceras, sondajes…).
  2. En IRENEA la rehabilitación del paciente es la prioridad y el centro de nuestro trabajo y, en un entorno hospitalario es sencillo compaginar la atención de su estado de salud con la rehabilitación, ya que evita el peregrinaje continuo de un especialista a otro al que a menudo se ven sometidos estos pacientes.
  3. El tratamiento hospitalario es intensivo al rehabilitar en horario de mañana y tarde evitando los desplazamientos. Permanecer en el hospital contribuye a que la rehabilitación sea un proceso continuo y permite que, conforme el paciente aumenta sus capacidades, podamos entrenar cómodamente todas las actividades de la vida diaria: control de esfínteres, aseo, alimentación, vestido…
  4. Durante la estancia en el hospital se trabaja con el paciente para minimizar las secuelas e intentar alcanzar el máximo grado de funcionalidad. Para lograrlo, desde el ingreso se valora su situación y se establecen objetivos individualizados y prioridades de trabajo en función de la afectación, para ir ampliándolos conforme a la evolución.

Este tiempo fuera del domicilio permite, además de incrementar su autonomía, adaptar la vivienda según sus necesidades y preparar al entorno socio-familiar para facilitar la vuelta a casa. Porque el daño cerebral supone un punto de inflexión no solo para el paciente, su entorno más cercano y especialmente la familia, va a precisar de un cambio de roles y un ajuste emocional a la nueva situación. Por este motivo, la formación y el apoyo a las familias son esenciales dentro del tratamiento, para que entiendan los cambios y limitaciones que presenta el paciente y aprendan a manejar las situaciones nuevas a las que se van a enfrentar como cuidadores, va a facilitarles el camino y contribuirá a mejorar la convivencia.

¿Qué pacientes con daño cerebral necesitan un ingreso hospitalario?

Los perfiles que más se benefician de esta modalidad de tratamiento suelen ser:

  1. Pacientes relativamente agudos que han alcanzado la estabilidad clínica pero todavía precisan de cuidados médicos
  2. Pacientes grandes dependientes que necesitan adaptación del entorno y preparación de los familiares para ocuparse de ellos
  3. Y los afectados que, por su situación cognitiva, física o conductual resultan difíciles de manejar en casa

Cuando se alcanzan los objetivos propuestos para la fase de hospitalización se trabaja con el paciente para facilitar la integración en el domicilio y acabar la rehabilitación en régimen ambulatorio, del que hablaremos en posteriores post. Aunque, mientras si precisas más información sobre qué es más conveniente si hospitalización o régimen ambulatorio, no dudes en contactar con nosotros.

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