Efecto de la percepción e interpretación de expresiones faciales emocionales en la conducta tras un DCA

Hoy queremos compartir el estudio que nuestra directora médica, la doctora Belén Moliner, presentó en la XVII Jornada de la Sociedad Española de Neurorrehabilitación. De hecho, este estudio, centrado en las emociones en pacientes con daño cerebral obtuvo el premio a la mejor comunicación oral en esta jornada.

Cognición social y daño cerebral adquirido

Desde que nacemos, todos los seres humanos aprendemos a comportarnos en sociedad, a interactuar con los demás y a aprender las normas del comportamiento social. La sociedad necesita al ser humano para conformarse y viceversa. El ser humano es un ser social por naturaleza, necesita a la sociedad para lograr desarrollarse plenamente, y la sociedad no existe ni tiene razón de ser sin el individuo. La cognición social es la capacidad que va desarrollándose a lo largo de la vida del individuo en las distintas etapas del neurodesarrollo, para dotar a la persona de normas adecuadas de comportamiento social y generarle un sistema de valores, a partir del cual establezca una identidad y un patrón de normas de conducta propio. La cognición social es la base de las relaciones afectivas, sociales y laborales (1,2)
Cuando nos comportamos en sociedad interactuamos con los demás en un contexto social. El procesamiento de las emociones es la base de la cognición social. Desde el nacimiento el ser humano aprende a reconocer las emociones y a sentirlas, aprende a reconocer las emociones del otro y a empatizar con él (3)
Para poder reconocer las emociones en los otros, el primer paso es percibirlas adecuadamente. La percepción visual incluye un patrón visual (es decir, un conjunto de puntos en donde se fija la mirada para enviar la información al cerebro, que en el caso de las caras incluye a los ojos en primer lugar, a la nariz y a la boca por último lugar, por este orden), y un procesamiento de dicha información (4)

La conducta social de las personas con DCA puede cambiar tras haberlo sufrido

Las personas con daño cerebral adquirido presentan alteraciones en la cognición social, de manera que la conducta social que mostraban antes del evento causante del daño puede cambiar tras haberlo sufrido. En nuestra práctica clínica hemos encontrado durante años a pacientes que estando bien rehabilitados a nivel cognitivo y físico, y que teóricamente podrían optar a una reinserción afectiva, social y en último término laboral, no son capaces de hacerlo.
El objetivo de Vithas IRENEA es lograr que los pacientes con daño cerebral vuelvan a recuperar su funcionalidad desde las actividades más básicas, a las más avanzadas, que implican esta reinserción social plena. Por esto mismo, nos decidimos a estudiar qué podía estar pasando. También qué podía estar detrás de estas dificultades en la cognición social.

Las emociones en pacientes con daño cerebral

Nuestra hipótesis era que los pacientes con daño cerebral adquirido no reconocían bien las emociones en la cara de los demás. El motivo era que su patrón visual no era adecuado y por tanto, tenían un problema de percepción, o bien, que las alteraciones de la conducta estaban detrás de estas alteraciones en la cognición social.
Reclutamos a 43 pacientes. Todos ellos habían recibido el tratamiento neurorrehabilitador durante varios meses, y presentaban un nivel cognitivo alto. Junto a ellos a 43 sujetos sanos, sin daño cerebral adquirido, asegurándonos que no existían variaciones demográficas en la muestra. A todos ellos, les pasamos una prueba de reconocimiento de las emociones en las caras. Esta prueba la realizamos con un sistema de eye-tracking, formado por una pantalla y un eye-tracker. Este sistema podía extraer en tiempo real el patrón visual que seguían los pacientes. Las emociones que se les mostró eran las seis emociones básicas: miedo, alegría, ira, asco, tristeza y la emoción neutra.
Por otro lado, valoramos a todos los pacientes con escalas de alteración de conducta, para determinar qué tipo de alteración presentaban (5)

Los resultados de nuestros estudios

Los resultados que obtuvimos nos mostraron que los pacientes efectivamente presentaban alteraciones para percibir las emociones en las caras de los demás. Fundamentalmente las emociones del miedo y la ira, que están descritas como aquellas emociones más adaptativas. Estas emociones son las que nos permiten modificar nuestra conducta en función de lo que el otro siente con mayor efectividad que el resto de las emociones. De entre todos los pacientes evaluados, los que peores resultados presentaron fueron los pacientes agitados y desinhibidos. Además, nos mostraron que el patrón visual no es distinto entre las personas con daño cerebral y las personas sin daño cerebral.

Conclusiones de nuestro estudio

Con todo, del estudio realizado en nuestro Servicio de Neurorrehabilitación, concluimos en que:

  1. Los pacientes con daño cerebral reconocen peor las emociones en las caras de los demás.
  2. El patrón visual que tienen es igual al de las personas sanas al percibir una cara.
  3. Los pacientes que peor reconocimiento muestran son los agitados y desinhibidos.
  4. Las alteraciones en cognición social que presentan los pacientes con daño cerebral podrían deberse a una alteración en el procesamiento de la información emocional, y no a un problema de percepción visual.
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