¿Es necesaria la intervención logopédica con neonatos?

La intervención logopédica con bebés es una práctica poco extendida. Ahora bien, esto no significa que sea innecesaria o menos importante. De hecho, el área en que se basa nuestra intervención (boca, nariz, faringe y laringe) lleva a cabo multitud de funciones. A continuación, vamos a relatarlas y con ello responder a la pregunta que planteamos en el titulo. ¿Es necesaria la intervención logopédica con neonatos?

El nacimiento implica cambios fisiólogicos y anatómicos. Éstos determinan la capacidad del bebé para adaptarse al medio. Por diferentes motivos, el desarrollo de los mecanismos de adaptación pueden alterarse provocando algunos desajustes. Es por ello que, en algunas situaciones, se hace necesario un poco de ayuda para facilitar la alimentación, prevenir hábitos orales disfuncionales y favorecer el desarrollo de las funciones orofaciales. En lo que al ámbito logopédico compete, y más en concreto a la terapia miofuncional, existen dos aspectos fundamentales para que se produzca un desarrollo orofacial armónico, estos son los reflejos orales y las estructuras cráneo-faciales.

Intervención logopédica con bebés. Reflejos orales

Al nacer poseemos reflejos que son básicos para poder sobrevivir. Estos reflejos se van asimilando y van desapareciendo a medida que avanza el desarrollo. No obstante, en algunos casos de alteración neurológica, estos reflejos adquieren un patrón anormal o persisten durante más tiempo de lo considerado normal.

Los reflejos orales garantizan la alimentación del neonato. Además, son la base para que más adelante emerjan respuestas voluntarias a este nivel. También, el desarrollo de estos reflejos junto con los hábitos orales, pueden influir sobre la morfología de las estructuras bucofaciales y por tanto en el desempeño de las Funciones Orofaciales (deglución, succión, respiración, masticación y fonoarticulación).

Estos reflejos pueden dividirse en adaptativos y protectores:

  1. Adaptativos: búsqueda, succión, deglución y protrusión lingual.
  2. Protectores: arcada, mordida, tos.

Es función del logopeda valorar la presencia de estos reflejos, así como el modo y la calidad de las respuestas. De esta forma, verificar si el bebé posee los componentes neurológicamente necesarios para la alimentación oral o es necesario iniciar (o mantener) una vía de alimentación alternativa. Además, el logopeda interviene cuando estos reflejos no son eficaces. Lo hace estimulando y adaptando el tipo y la forma de alimentación con el objetivo de posibilitar una alimentación por vía oral de manera funcional y segura.

Intervención logopédica en bebés. Estructuras craneo-faciales

Si nos basamos en la Teoría de la Matriz Funcional (Moss, 1969), entendemos que el crecimiento de las estructuras cráneo-faciales no solo dependen del crecimiento óseo y de su información genética. En este caso, está influenciado por todos los tejidos blandos que están relacionados con el hueso. Es decir, las funciones que realiza el individuo a este nivel (funciones orofaciales) y la forma de llevarlas a cabo, marcarán en gran medida el desarrollo y crecimiento de las estructuras cráneo-faciales.

Por ejemplo, la succión es un comportamiento reflejo que además de ser necesario para la alimentación, ejercita las estructuras orales que participan en el desarrollo musculoesquelético orofacial. Un bebé que desde su nacimiento se alimente por sonda no recibirá la estimulación sensorial y motora de la zona oral propia de esta etapa. Por lo tanto, precisará de estimulación específica para cubrir esta carencia.

En cuanto a los factores etiológicos relacionados con el crecimiento de estas estructuras, podemos diferenciar factores primarios y secundarios.

Los primarios engloban causas de origen genético y hereditario, y los secundarios se refieren a factores funcionales y adquiridos.

En términos de prevención, el logopeda solo puede intervenir en los secundarios. En estos casos, estimulará la zona orofacial en casos de alimentación por sonda, modificando métodos de alimentación inadecuados y detectando e interviniendo sobre hábitos de alimentación inmaduros.

Intervención logopédica en bebés. Conclusión

Como conclusión, podemos decir que todas las etapas de ejercitación de las estructuras orales por las que pasa un bebé, contribuyen tanto para la maduración neurológica y emocional como para el desarrollo de la morfología facial y de los movimientos para la deglución, la respiración y el habla. Por eso, es fundamental una intervención miofuncional por parte de un logopeda especializado en los casos en los que estas etapas se vean alteradas por diferentes factores.

 

Imagen extraída de Pixabay

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