¿Qué son las alteraciones neuropsicológicas y por qué son tan importantes tras sufrir un daño cerebral?

La Neuropsicología es la disciplina que estudia y atiende las relaciones entre las estructuras y distintas áreas del cerebro y las funciones cognitivas superiores, las emociones y la conducta

Tras un daño cerebral, los déficit físicos normalmente suelen sobresalir sobre los demás, ya que son muy evidentes y fácilmente observables por todos. Cuando hay una hemiparesia por ejemplo, y el paciente no puede mover la mitad de su cuerpo, es lamentablemente innegable.

Tradicionalmente, además las especialidades médicas le han dado una especial importancia a las alteraciones físicas o motoras frente al resto. Y es común que antes de acudir a un servicio especializado, desde el hospital en el que estaba ingresado se haya realizado una valoración física, generalmente por parte de un médico rehabilitador.

Muchas veces es posible incluso que se haya empezado a hacer un poquito de fisioterapia. Sin embargo, es muy común que nadie haya comentado nada de las alteraciones neuropsicológicas que puede tener un paciente tras un daño cerebral.

¿QUÉ ES LA NEUROPSICOLOGÍA?

La Neuropsicología es la disciplina que estudia y atiende las relaciones entre las estructuras y distintas áreas del cerebro y las funciones cognitivas superiores, las emociones y la conducta; y el profesional que se encarga de ella es el neuropsicólogo/a. Un/a psicólogo/a con una formación específica en neuropsicología.

¿QUÉ SON LAS ALTERACIONES NEUROPSICOLÓGICAS?

Cuando hablamos de déficit neuropsicológicos, nos referimos pues a las alteraciones que se producen tanto a nivel cognitivo como a nivel conductual. Las alteraciones cognitivas se corresponden con dificultades en la atención, la memoria, el lenguaje o el razonamiento, por ejemplo. Mientras que las alteraciones emocionales o conductuales se refieren a dificultades para controlar las emociones o cambios que pueden producir en la personalidad o en la conducta, como la irritabilidad, la impaciencia, la impulsividad, la apatía o la desinhibición.

Los déficit neuropsicológicos tras una lesión cerebral pueden ser, y de hecho generalmente son, muy diferentes entre unos pacientes y otros. El número de déficit neuropsicológicos y su gravedad va a depender de diversos factores, como el tipo de lesión, la localización y extensión de la misma, las complicaciones que ocurran durante la fase aguda e incluso las características propias del paciente. Muchas veces sucede que durante la fase aguda los déficit neuropsicológicos, es decir los conductuales y los cognitivos pueden pasar desapercibidos durante esta fase, tanto para los familiares como incluso para el personal del hospital de agudos, por tratarse de una fase en la que los pacientes están sometidos a pocas demandas de esta índole.

En los casos más leves, es posible que los trastornos que aparecen inicialmente se puedan resolver en las primeras semanas, tras el daño cerebral. Pero, generalmente, los déficit neuropsicológicos persisten, sobretodo si no se los trata, e interfieren sobre la recuperación de las capacidades físicas, así como sobre la funcionalidad que puede alcanzar un paciente. Afectando por tanto a todas las esferas de su vida personal, social y laboral, y permitiendo o impidiendo que los pacientes puedan retomar su vida anterior al daño cerebral, y puedan reintegrarse en mayor o menor medida.

Por eso es tan importante que el/la neuropsicólogo/a realice una adecuada descripción, valoración, diagnóstico y programa de tratamiento de las alteraciones cognitivas, conductuales y emocionales secundarias al daño cerebral, además de proporcionar información y apoyo e intervención específica a los familiares.

Área de NeuroPsicología del Instituto de Rehabilitación Neurológica – IRENEA VITHAS Sevilla Aljarafe.

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